En los primeros tres meses del año hubo 539.740 compatriotas que quedaron sin pega. Obviamente, cada uno de esos desocupados tiene una familia detrás, que en este tiempo de vacas flacas debe hacer rendir las lucas como sea pa' sobrevivir, y también, para darle el apoyo necesario al titán cesante.
"En la medida que la persona sienta el aprecio de su pareja, familia y amigos, tendrá la oportunidad de contrarrestar los efectos psicológicos que produce el desempleo", cuenta Susana Arancibia, psicóloga y profe de Trabajo Social de la U. del Pacífico.
Según la profesional, lo mejor es ponerle el pecho y apretarse el cinturón juntos para salir adelante a la espera del llamado de la suerte pa' una nueva peguita.
"Cuando se funciona a nivel grupal, es más fácil generar una mayor cantidad de estrategias que cuando se intenta asumir la carga solo", comenta la sicóloga.
Una de las cosas "positivas" de pasar por esta penca experiencia es que los hijos pueden aprender que la vida no siempre funciona como uno quisiera, y que a pesar de los malos ratos es mejor dar la pelea unidos, para nunca ser vencidos.
"Para un padre o madre es muy importante sentir el apoyo y admiración de su familia, por lo tanto debe quedar claro que su rol no se limita a ser un proveedor, sino que esto constituye una función más de las muchas que cumple al interior de su hogar, y que es amado y respetado por la persona integral que es", cierra la profe de la Universidad del Pacífico.