Si usted lo ataca una fuerte diarrea, de esas pa’ quedar deshidratado, náuseas, dolor o hinchazón de guata después de comer algún alimento que contenga leche u otros productos derivados de las vaquitas, puede que sea parte del 75% de la pobla “arran de guol” que sufre de intolerancia a la lactosa.
“La lactosa es un disacárido que está presente exclusivamente en la leche de los mamíferos. Cuando es ingerida y llega al intestino delgado es absorbida por la enzima Lactasa Phlorizin Hidrolasa. Cuando no existe la cantidad suficiente de esta enzima, se origina la intolerancia a la lactosa”, explica Joanna Rudman, nutricionista y académica de la Universidad San Sebastián.
Los molestos síntomas suelen aparecer entre 30 minutos y 2 horas luego de manyar productos lácteos y generalmente causan náuseas, hinchazón, dolor de tatigüa y flatulencia.
El tratamiento para librar de estas molestias estomacales, es reducir o eliminar las comidas con lactosa, medida que puede ser total o parcial y que dependerá de cuál sea la respuesta del organismo de la persona que las padece. Los alimentos a evitar son la leche (entera, semidescremada, descremada) y productos que contengan suero, lactosuero y sólidos de jugo de vaca.
Otras recomendaciones que suelta la profesional son:
- Si presenta alguno de los síntomas anteriores, vaya al médico para realizar un diagnóstico.
- Luego, vaya al nutricionista para que le indique qué alimentos puede consumir, cuáles evitar y de qué manera sustituir los que deberá dejar de lado.
- El nutricionista también le enseñará de qué forma identificar en el etiquetado nutricional de los alimentos, aquellos aditivos que contienen “lactosa oculta”.