Con el colaless en la mano quedaron las chiquillas del céntrico café Acapulco, en Teatinos con Compañía, luego que la seremi de Salud, Rosa Oyarce, afinara su olfato y cachara que habían echado humo dentro del local.
“Están las muestras claras de que estaban fumando por la presencia de ceniceros con colillas de cigarros, muchas colillas. También al interior había humo de cigarrillo y no tenía la señalética que prohíbe fumar”, señaló la caporal de la salud.
Fueron trece puchos ya fumados los que echaron al agua el establecimiento, convirtiéndose en el primer local sancionado por no cumplir la nueva ley antitabaco en las más de cien fiscalizaciones que se han hecho.
“Se les dejó un acta y ahora haremos la denuncia ante el juez de Policía Local. Ellos deberán cancelar sobre 80 mil pesos de multa, que es lo que contempla la ley”, señaló la doctora Oyarce.
El administrador del local no quiso hacer declaraciones y se hizo humo junto a las chiquillas que se espantaron con tanta luz.
Libres de humo
La fiscalización comenzó en el café “sin piernas” Haití, el cual pasó la prueba de la blancura, ya que se avispó antes de tiempo e instaló varios toldos en pleno Paseo Ahumada para la barra fumona.
“Antes los clientes que no fumaban tomaban su café afuera y los que echaban humo adentro, con la ley antitabaco cambiaron los roles y ahora es todo al revés. Personalmente es agradable trabajar en un lugar libre de humo, el pelo se me pasaba con ese olor”, señaló una coqueta y saludable Ana, quien le hace la cruz al pucho.
Luego fue el turno del café Bombay, el cual también pasó con cero colillas. La hermosa Daniela sabe de café ya que es oriunda de Colombia, acá mueve su humanidad dejando varios cortados y capuchinos entre los hombres.
“El chileno es muy bueno para fumar en comparación con mis coterráneos. Con la nueva ley han aumentado los pedidos de café para llevar, ya que muchos clientes acompañaban su bebida junto a un cigarrillo”, suspiró la beldad cafetera.
Pero sería una mujer la que tomaría la voz de los fumadores, y pucho en mano defendió a los dedos amarillos que fueron correteados a la calle.
Marianela Vicencio es buena para andar como dragón echando humo, y cree que esta ley es súper injusta con las libertades personales. “Antes pasaba a tomarme un café al centro acompañado de un cigarrito, pero ahora no lo podré hacer más. Si hay varios locales de café ¿por qué no habilitan un par para fumadores, o es muy tonto lo que estoy diciendo?”, señaló con una lágrima en la garganta.