No son pocas las usuarias de Uber que terminaron marcando ocupado luego de ser joteadas por conductores o pasajeros que utilizan la aplicación pa' moverse por la ciudad.
Los "uberjotes", como fueron bautizados por las chiquillas que han sido invitadas a algo más que un viaje al gratín, son hombres que se han aprovechado del servicio que entrega la aplicación, para rescatar los datos completos de ellas, su número de teléfono y domicilio.
Con esa información, los buches dejan pasar unos días y luego despliegan todo el plumaje para jotear sin ningún asco.
En la empresa de transporte privado la tienen clara, ya que si un cliente hace un reclamo contra un chofer lo ponen en condicional de una y siguen el reclamo formal.
¿Qué dice la empresa?
"La violencia o cualquier tipo de intimidación son inaceptables. Nuestro objetivo es asegurarnos que viajar o manejar con Uber sea una experiencia segura. Y también confiable para todos", respondieron desde Uber. Además, agregaron que "aunque cada caso se revisa de manera individual, siempre asistimos a los socios en todo lo necesario. Les brindamos soporte para que acudan a las autoridades y se tomen las medidas correspondientes".
Pasajero califa y catete
No solo las pasajeras se ven acosadas arriba de los tocos de alquiler, algunas conductoras de Uber también han sufrido el joteo de los varones.
"Llevo 6 meses trabajando en Uber y hay personas y personas. Les debo llamar la atención porque estoy llena de tatuajes y me dejan en los comentarios a la hora de evaluar que se enamoraron y otras cosas. Una sola vez agregué a uno a Facebook, pero lo eliminé porque me puse a pololear", indicó Claudia Carrasco tras el volante.
El argentino versero
"Me tocó un conductor argentino con una tremenda camioneta. Era bien galancete y me decía que le gustaban las cosas extremas. Me invitó a ver las estrellas, así textualmente", compartió su experiencia Mariana Reyes.
"En otra ocasión un chofer me dejó en mi casa y a los días me mandaba fotos por Whatsapp de mi casa y me decía que estaba afuera esperándome. Fue terrorífico, así que lo denuncié. Era un verdadero sicópata", agregó Mariana.
Cambió de teléfono
"Fui a la última Feria del Libro en estación Mapocho. Soy de Valpo, y cuando me devolvía a casa tomé un Uber hasta Pajaritos. Cuando tomé el bus, al rato me llama el conductor, Gustavo. Pensé que se me había quedado algo, pero me dijo que llamaba para preguntar si había llegado bien y lo encontré súper raro y finalmente le colgué", contó Carla Vielma.
"Cuatro días después me vuelve a llamar y me conversa sobre libros y otras cosas, ahí le corté. Ahora puse el teléfono de mi papá en mi cuenta para evitar cualquier cosa", dijo.
No la deja a sol ni a sombra
Hace unos días, María Desamparada, que prefiere publicar el nombre que usa en Twitter, sapeó que un chofer de Uber, que la llevo a su casa, se consiguió su número y comenzó a telefonearla a cada rato.
"Me subí y todo normal. Fue una conversación cordial, nada más. Él no me dijo nada especial, pero recuerdo que me preguntó dónde trabajaba, porque me podía llevar. La cosa es que me bajé y pensé que ahí había terminado", confesó.
Hasta ahí, ni un drama. El problema vino cuando el conductor le escribió pa' saber de ella. "Me escribió al Whatsapp, supongo que se quedó con mi número, porque como me había llamado estaba en sus registros. Me dice soy tu admirador y ahí me preocupé. No sabía quién era y me dice no te vayas a molestar, pero soy el que te dejó en tu casa", reveló.
"Me dio susto e hice el reporte a Uber. El tipo me volvió a llamar y lo bloquee. Me decía que vivía cerca, que quería ser mi amigo. Por haber tomado un Uber he tenido muchos problemas. Ahora cada vez que me voy a mi casa, llamo a la casa para saber que no esté afuera", indicó.