Universitaria mezcló caucho con otros elementos y tapó los baches de su casa de estudios en el norte. Ahora su idea, amigable con el medio ambiente, se replicará en Antofagasta.
Los molestos hoyos en las calles podrían llegar a su fin gracias a una idea amigable con el medio ambiente, y cuya solución viene de lo que las destruye: Los neumáticos de los vehículos.
Todo comenzó cuando la estudiante de Ingeniería Alexandra Marín Véliz, veía las calles internas del campus Antofagasta de la Universidad Católica del Norte (UCN) llenas de hoyos, por lo que echó a volar su imaginación hasta que se le ocurrió una idea.
"Apliqué dosis pequeñas de caucho y realicé numerosos ensayos en superficie", detalló la investigadora, quien utilizó restos de neumáticos triturados en forma industrial, los que al ser mezclados con otros elementos, dan como resultado un producto ideal para tapar hoyos en superficies asfálticas.
Materia prima hay de sobra, ya que si hay algo que abunda en la Región de Antofagasta son los cementerios de neumáticos, sobre todo cuando se habla de las ruedas que usan los grandes camiones mineros.
"La idea es recuperar materiales que ya no están en uso, en especial neumáticos que, por ejemplo, ya no utilizan las empresas mineras. Al nombrar las ventajas del producto podemos decir que es económico, abundante en la región, fácil de aplicar y amigable con el medio ambiente, y también es aplicable en el resto del país", explicó Alexandra.
Todo este trabajo implicó un desarrollo teórico previo, así como distintos análisis en laboratorio para determinar el comportamiento del caucho en distintas condiciones. Mientras que la empresa Polambiente donó 50 kilos de caucho triturado para las pruebas de bacheo.
"Sin proponérmelo este trabajo sirvió para hacer mi memoria de título. Espero que se replique en distintas zonas de la región y del país, además del desarrollo en terreno. Es un proyecto que favorece las iniciativas de sustentabilidad de la institución", enfatizó la ingeniera.
Sólo en la Región Metropolitana se estima que existen 240 kilómetros de caminos con problemas de baches y hoyos de distintas dimensiones, por lo que se hace imperante su reparación.
Además el costo con esta innovadora idea es significativamente más barato que las soluciones convencionales, cuyo valor es pagado por los municipios.