Erasmo Moena Pinto se hacía pasar por empresario maderero para contactar a sus víctimas: mujeres a quienes atraía con la promesa de un suculento contrato, para luego abusar de ellas. En 2010, violó y asesinó a Loreto López, de 39 años, quien viajó a Viña del Mar para juntarse con él, con la esperanza de encontrar un nuevo trabajo.
Con 39 años, Loreto de los Ángeles López Fernández es la regalona en de sus padres. Cuentan sus amigos que jamás se le ha conocido pareja y que es una mujer más bien tranquila. Acaba de vivir el terremoto de 2010 y, tras el remezón, por fin ha decidido ejercer su carrera de secretaria bilingüe. El dato de una amiga la tiene viajando temprano en un bus hacia Viña. Salió a las 7 muy bien arreglada desde La Florida, con la sensación de "jugársela".
Mientras ingresa a la Ciudad Jardín, Loreto sueña con lo que podrá aportar para su casa si logra ganar el millón de pesos que le ofreció el empresario maderero que la citó a las 10 en el rodoviario.
Sólo el frenazo del chofer para no chocar con el andén la saca de sus proyectos. Mientras hace la fila para bajar del bus, López llama por celular a su futuro patrón, quien aún no ha llegado y le pide 5 minutos de espera. La mujer le avisa a sus padres que llegó bien.
El canario
Erasmo Antonio Moena Pinto estaba lejos de ser un empresario maderero, pero al menos por pinta no se quedaba. Nació el 19 de enero de 1970 en Tomé y desde joven llamó la atención por su melena rubia y ojos verdes. "El canario", le pusieron en el colegio San Pedro Nolasco, donde pese a ser una persona inteligente, destacó más por su enfermiza relación con el sexo opuesto, y por el grave golpe que se dio en la cabeza luego de saltar de una micro para "hacerse el choro".
Pese a que tenía fortuna entre las mujeres, en 1991 Erasmo entabló una relación bisexual con el peluquero Marco Antonio Cortés, quien luego de unos meses se convirtió en su primera víctima. Moena hizo desaparecer su cuerpo de tal manera, que tras confesar el asesinato años después, la policía no pudo crear un caso por no contar con un cadáver.
A los 23 años, en 1993, Erasmo comenzó su casi constante vida en la cárcel, cumpliendo una pena de 10 años por delitos de robo. Ahí fue abusado y buscó respeto como traficante interno, sumando más años a su condena.
Salió el 2007, pero regresó a las pocas semanas tras violar a una mujer y ser sentenciado a 3 años más. El 14 marzo de 2010, 15 días después del terremoto, Erasmo volvió a las calles. El 19 violó a una niña de 10 años en el terminal de buses de Los Ángeles; el 20 a otra mujer de la misma ciudad, y el 25 a una temporera en Mulchén. Ya tenía un técnica: se hacía pasar por empresario maderero. Tras sus fechorías, arrancó a Viña.
Bosque maldito
Loreto no lo sabe, pero mientras habla con sus padres ese 6 de abril, Erasmo la observa desde lejos, en el mismo rodoviario de Viña. Así lo registran las cámaras de seguridad del recinto. Sólo cuando confirma que la mujer viajó sola, el sicópata se acerca y la invita a ir -en micro- a conocer su empresa.
Al llegar a Placilla, ubicada al salir de la ciudad por la Ruta 68, y estar al interior de un perdido bosque de acceso abierto, Loreto entendió que la maldad humana no tiene límites y que no había empresa ni millón. Aunque trató de defenderse, Moena la golpeó con vehemencia y la obligó a desnudarse, para luego amarrarla a un árbol, violarla y ahorcarla.
Luego de taparla con ramas, el asesino recibió una segunda llamada. Era Andrea Queppe Pinto (43), diseñadora desempleada y amiga de Loreto, quien estaba a punto de llegar a Viña para otra entrevista. Con frialdad, el criminal repitió su plan en el bosque maldito, aunque esta vez no logró violar a Queppe, que opuso tenaz resistencia.
La desaparición de Loreto provocó una rápida reacción de sus padres ante la policía, la cual tenía desde el 1 de abril orden de detención para Moena por los casos de marzo. Andrea San Martín, prima de la víctima, tomó el número del supuesto empresario y también le pidió pega. Al reunirse el 9 de abril, esta vez en el mall de Viña, funcionarios de PDI lo arrestaron 21 días después de haber conseguido su libertad. Hoy cumple condena de 61 años y 176 días sin beneficios.t