El autodenominado economista estaba con el agua hasta el cuello. Su empresa había estafado a decenas de personas y el caso explotaría en cualquier momento. "Hace un tiempo atrás me fue detectado un glioblastoma", informó vía Facebook. "Esto es un tumor, una suerte de cáncer cerebral". Tras ello, anunció que viajaría a Europa para tratar la supuesta enfermedad.
Fue un momento conmovedor, pero, una vez descubierta la verdad, se convirtió en un total ridículo, una broma de mal gusto que regaló el entrevistado. En el matinal Bienvenidos, habían conversado con el conocido economista, Rafael Garay. La entrevista estaba grabada y se alistaban para presentarla en pantalla.
—Martín tuvo una conversación profunda, sincera, con un hombre que lo está pasando súper mal —dijo la animadora Tonka Tomicic—... se trata de Rafa Garay.
Martín Cárcamo interpeló directamente al público:
—Y aquí quiero que deje de hacer lo que está haciendo, por favor, le pido unos minutos para que escuche, observe, y también pueda sentir las reflexiones y el relato de Rafael Garay.
Y cuando ya eran las 9:30 de la mañana, Bienvenidos puso a correr la entrevista.
Poco tiempo atrás, en junio del 2016, Garay había hecho una dura publicación en su cuenta de Facebook. "Este es un comentario muy duro para mí amigos", escribió. "Hace un tiempo atrás me fue detectado un glioblastoma. Esto es un tumor, una suerte de cáncer cerebral. Era asintomático hasta ahora en que he decidido hacerlo público, porque ya tengo muchos síntomas. Antes de 21 días renunciaré a todas mis actividades laborales y profesionales para focalizarme solo en esto".
—Lo que yo tengo, para ponerlo en términos simples, se llama glioblastoma: es un tumor cancerígeno alojado muy cerca del cerebelo, casi envolviéndolo —detalló en la entrevista con Martín Cárcamo—. Y esto está en nivel 4.
—¿Niveles de cuánto hay? —intentó entender el animador—. ¿Del 1 al 4?
—Del 1 al 4.
Era prácticamente una sentencia de muerte.
[caption id="attachment_612011" align="alignnone" width="622"]
Garay en la entrevista con Martín Cárcamo.[/caption]
El héroe de Fukushima
Decía sentirse bien a pesar de todo. Pero también aseguró que, en el último tiempo, le estaban empezando a aparecer cada vez más síntomas: fuertes dolores de cabeza, distorsión visual, mareos, vómitos, pérdida de sensibilidad en las extremidades.
Aunque en la conversación se lo veía bien. "Esto es intermitente, no es permanente", explicó él.
¿Cómo se había enfermado? "Hay algunas teorías de lo que me pasó, pero tampoco hay cómo afirmarlas", dijo Garay, quien relató que todo se remontaba al 11 de marzo del 2011, en el terremoto y tsunami de Japón.
En la conversación, contó que, en medio del desastre, "se me perdieron dos amigos allá". Según su relato, ambos amigos vivían en una playa donde una enorme ola negra con escombros había barrido con el lugar. Y contra todos los pronósticos "los encontré a los dos".
"Y para poder esquivar los controles… puede sonar súper irracional lo que te voy a decir pero: me metí a Fukushima, a la planta nuclear, que como todos saben, estaba con fugas; sino los controles policiales me frenaban antes. Y la radiación me podría haber provocado esto".
Solo así, decía Garay, le habría sido posible rescatar a sus amigos.
Además, el ingeniero comercial indicó que, durante el verano, le contó a su madre y a su tío la trágica noticia.
"Mi mamá tuvo información detallada hace cuatro meses. Fue dura la conversación. Hablé con mi tío Vicente y ahí me dijeron: chuta. Está súper afectada y desesperada", agregó.
"Dejo todo"
Sin embargo, tiempo después, esa historia empezó a chocar con la que tenían sus familiares. Su tío, Vicente Pita, en septiembre del 2016, declaró que ellos no sabían ni de su enfermedad.
Ni tampoco de sus negocios.
Es que supuestamente Rafael Garay había viajado el 4 de septiembre de ese año a Europa para tratarse su cáncer, un mal que, según relató a Cárcamo, ya no tenía vuelta atrás.
Y parece que realmente era sin regreso, porque, aunque su vuelo de vuelta estaba agendado para el 15 de septiembre, él no apareció en Chile. Su familia y su exabogado interpusieron dos denuncias por presunta desgracia.
Pero nada de eso. Tras ello se supo que no estaba en la clínica que había señalado, sino que había viajado por Tailandia, Holanda y Rumania, donde había pedido un certificado de soltería.
Antes de abandonar el país, decidido a enfrentar su supuesta enfermedad, anunció el cese de su actividad en Think & Co., empresa asesora de inversiones, y dijo que restituiría los dineros invertidos en la sociedad. O al menos esas fueron sus palabras.
"Recibirán sus dineros con las ganancias, obviamente sin la comisión", declaró en su momento. "Dejo directorios y medios de comunicación. Dejo todo. Solo quería disculparme si alguna vez dañé u ofendí a alguien".
Algo olía raro. Y a eso se sumaba que, en Concepción, ya había 16 personas querelladas por el delito de estafa, denuncias que se sumaban a las realizadas en Santiago por el periodista Iván Núñez y su esposa. Ante ello, la Fiscalía Centro Norte emitió una orden de detención de captura internacional.
De vuelta a Chile
El 18 de noviembre del 2016, la Fiscalía informó que, tras dos meses prófugo, Rafael Garay había sido detenido en Rumania, aunque el procedimiento no se vinculaba a causas pendientes en Chile.
https://twitter.com/FRCentroNorte/status/799704941174497281
El ingeniero comercial fue sorprendido en un centro comercial en el pueblo de Brasov, ubicado al centro del país. Garay poseía al menos dos pasaportes falsos y se habría encontrado solo al momento de la detención.
En ese país, pretendía casarse con una mujer de esa nacionalidad.
En tanto, en Chile, el fiscal esperaba que se realizara la formalización del imputado para solicitar la extradición del presunto estafador.
A esas alturas, acá ya habían aparecido un total de 36 denuncias por estafa por cerca de $1.800 millones. Él fue indicado como el principal responsable en el caso de la empresa Think & Co.
Aún así, debieron pasar cuatro meses para que, el 17 de febrero del 2017, los rumanos accedieran a que fuera extraditado a su país de origen.
[caption id="attachment_611963" align="alignnone" width="900"]
Rafael Garay Kevin Costner.[/caption]
La historia robada
Ya de vuelta, en mayo el ingeniero comercial reconoció ante la Fiscalía que usó esta mentira como una estrategia para desviar la atención pública ante la estafa en que se vio involucrado.
Ahí, el autodenominado economista explicó que sacó la información sobre los glioblastomas de Google y que, para inventar su mentira, se basó en la historia de la película de acción y suspenso, Tres días para matar (2013), protagonizada por Kevin Costner.
[caption id="attachment_612015" align="alignnone" width="1140"]
Garay en manos de la Justicia chilena.[/caption]
La investigación del caso comprobó que no hubo movimientos en su isapre relacionados a la cancerígena patología. Y el Ministerio Público ya había confirmado que él no padecía la enfermedad.
En esa instancia, Garay devolvió $500 mil al tribunal. Ahí explicó que debían ser entregados a Víctor Mellado, uno de los afectados por la estafa y extrabajador de la refinería Huachipato, quien quedó incapacitado para trabajar luego de caer a un recipiente con agua caliente en 2012.
Y como si fuera poco, Antonella Torelli, expareja de Garay aseguró que el hombre que había intentado sus supuestos viajes a Japón, para rescatar amigos tras el terremoto en Fukushima, no era él. Su ex amigo, Iván Núñez, acusó plagio de muchos de los hechos que, en realidad, le ocurrieron a él.
El 18 de octubre del 2018, buenito y sano, Garay fue condenado a 7 años de cárcel efectiva por estafas reiteradas.