Cuenta la leyenda que cierto joven cuarentón, de lengua bífida y con un leve parecido a lo que queda de Mick Jagger, que, por falta de monedas, alguna vez tomó un whisky destilado al lado de un vertedero. El resultado fue paupérrimo. El color de su rostro transitó por toda la gama del arco iris y tuvo una caña caballa que lo hizo relinchar una semana completa.
Nada de esto le hubiera pasado a nuestro humilde amigo con cara de víbora si hubiera conocido antes a Kenneth Lindsay, uno de los embajadores del whisky Ballantine's en el mundo, y que estuvo en Chile para enseñarle a los criollitos a tomar el más pulento de los destilados escoceses y no ensartarse con copete de mala calidad.
El hombre lleva casi 30 años metido en el mundo del destilado de color dorado, cuyo nombre significa "el agua de la vida", y ha visitado más de 65 países para enseñar a disfrutar un buen vaso de destilado de cebada.
Como buen escocés es hincha del Glasgow Rangers, equipo por el que pasó Sebastián Rozental.
"Lo recuerdo muy bien a él, porque creo que costó cerca de 4 millones de dólares, jugó 4 minutos y se lesionó. O sea, nos costó un millón el minuto", dice con humor escocés.
- ¿Por qué cree que la gallada debiera atreverse a probar el wiskacho por sobre otros copetes?
- El whisky es un licor muy natural. En el caso de Ballantine's su calidad está garantizada, así que te aseguras que no estás tomando algo que hicieron en la bañera.
- Como el del cara de víbora...
- Además el whisky se puede tomar en conjunto con las comidas o mezclar como cócteles con jugos de manzana o con ginger ale, por ejemplo.
- ¿Y el mito ese de que no hay que echarle nada al whisky porque sería un pecado?
- Por supesto que uno puede echarle cosas al whisky. Nosotros los escoceses decimos que la fórmula es que no hay ninguna fórmula. Hay algunos puristas que dicen que no se debe mezclar, pero lo importante es que uno lo tome como más guste. No es pecado.
- ¿O sea este no es un trago para el cuiquerío?
- Mucha gente cree que una botella de whisky no está a su alcance o que es arribista. Pero pruébenlo y se convencerán de sus bondades.
- ¡Salud, entonces!