"Me están inculpando de algo que no fue. Yo tengo vocación de servicio", aseguró Rodrigo Muñoz Cid.
Tras ser condenado a ocho años de cárcel por torturas, el carabinero Rodrigo Muñoz Cid alegó inocencia.
El pasado 17 de agosto, el cabo 1° se hizo conocido por llegar hasta la terminal de buses de Estación Central, junto a otras tres patrullas de la institución, a pedirle matrimonio a su pareja.
Pese al romántico episodio, sus antecedentes lo terminaron condenando. Tras conocer el dictamen de la justicia, Rodrigo Muñoz Cid dijo que "me condenaron como culpable gracias a toda la opinión mediática, por los medios de prensa (…). Sigo siendo el culpable de haberle, supuestamente, pegado a los lindos (las víctimas)".
"Todo lo que queremos hacer, es demostrar al magistrado que soy inocente. Todos los hechos que declaran las víctimas, no pasó", agregó, en entrevista con 24 Horas.
"Me culpan de haber golpeado a uno de ellos con los puños y patadas en el cuerpo, golpes con el bastón de servicio, sin embargo el certificado de lesiones dice erosión de rasguños en el cuello. Nada cuadra", detalló.
"Tengo vocación de servicio"
Además, el uniformado aseguró que todo "fue planeado por ellos mismos (las víctimas), quieren que el actuar de Carabineros cambie. Una víctima aparece declarando que apoyen al comerciante ambulante (...) Es una situación que se está saliendo de las manos".
"Me están inculpando de algo que no fue. Yo tengo vocación de servicio, me gusta lo que hago. Yo sigo activo y sigo con el apoyo del mando", dijo.