Este 2017 quedará registrado en los anales de Carabineros como un año para el olvido. Atados con las mamis de la institución, funcionarios involucrados en golpizas y, por supuesto, el famoso "Pacogate", que hasta ahora lleva 25.500 palos hechos humo.
Con el afán de ordenar la casa, la cabeza de la policía uniformada, general Bruno Villalobos, propuso en abril un lote de medidas para terminar con los líos y sobre todo para evitar el salvaje choreo de las lucas.
Para que no se note pobreza ni falta de interés, hasta se consideró la compra de un polígrafo o detector de mentiras. El que, según informó a La Cuarta Carabineros, ya lo tienen casi listoco para la compra y, próximamente, estará echando al agua a los polis pillines.
¿De qué se trata? "A los oficiales se les aplicarán 'exámenes de confianza', que incluyen la declaración de patrimonios e intereses y descripción de su situación financiera", informó Carabineros.
Agregaron que en la segunda parte los funcionarios deberán pasar la prueba de la blancura a cargo del detector de mentiras. El cuento es voluntario, pero el que quiere subir a cargos estratégicos sí o sí tiene que sentarse a contar su verdad ante la maquinita.
Más controles
En la misma línea también existirá un consejo asesor del general director de Carabineros, que entrará en funcionamiento durante agosto y que se preocupará de recomendar al jefazo de la institución en materias estratégicas.
El organismo, cuyos miembros están siendo elegidos por estos días, "estará compuesto por el general subdirector, por un ex general director, por dos ex ministros del Interior, dos miembros del Poder Judicial, tres académicos ligados al área del Derecho Administrativo, Constitucional y Penal y un profesional de las comunicaciones", explicaron.
Sesionará a lo menos una vez al mes, pero si hay atados que lo ameriten, sus integrantes se reunirán al toque.
También hay que considerar el Comité de Análisis Estratégico, Riesgo, Ético y Desarrollo Institucional, creado en mayo de este año y que entrará en funcionamiento durante la primera quincena de agosto. Estará integrado por el general director -quien lo presidirá- el general subdirector, los generales inspectores, los directores de Justicia, Finanzas y Planificación y el secretario general, junto a los jefes de los servicios católico y evangélico de la institución.
Su pega será analizar la gestión de la policía uniformada en el riesgo funcional, desempeño ético y desarrollo institucional. A este comité le vendrá de perillas el detector de mentiras.