"En la cárcel he sentido acogida", revela el periodista, quien adelanta a La Cuarta algunas de las ciudades en las que se han grabado nuevos casos para el programa.
El regreso de Mea Culpa fue un éxito total. Líder en el rating y el corazón de sus fieles seguidores. Los mismos que gozaron con cada una de las repeticiones que transmitió TVN durante la pandemia e hicieron la fuerza para el retorno de un clásico a la pantalla chica.
En medio de la efervescencia y expectación respecto a los casos que se abordarán en el nuevo ciclo del programa, su director y realizador, Carlos Pinto, explica los pormenores del trabajo elaborado por el equipo que lidera.
"La gente pidió ciertos tips que no pueden estar ausentes. Como por ejemplo el 'nada hacía presagiar', que yo aparezca en medio de las escenas, el humo, la música... en fin. Todo eso, no quiere la gente que desaparezca", precisa.
En entrevista con La Cuarta, el periodista detalla que "la gente no va a querer que yo haga hoy día un programa de persecuciones por aviones y con drones que seguimos, porque no va a ser Mea Culpa. Mea Culpa es como una oda a la sencillez, a la chilenidad, a la forma de cómo hablan los chilenos, al chileno común y corriente. Es la vida misma y eso le gusta a la gente".
Respecto a los actores que han participado de las recientes grabaciones del programa, el también creador de El día menos pensado revela que "he visto mucho talento. La verdad es que hemos podido hacer este ciclo gracias al talento de los nuevos actores que, primero, tienen las ganas de estar; y segundo, son buenísimos actores que entran rápidamente en la dinámica de Mea Culpa, porque ya la tiene. 'Sé cómo es', dicen".
Además, adelanta al diario pop que "hemos estado haciendo casos del sur, del centro de Santiago, de Rancagua, Osorno, Puerto Montt, Valparaíso, entre otros".
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Carlos Pinto en grabaciones de Mea Culpa[/caption]
Look de Mea Culpa
"Lo más entusiasmado que nos tiene a nosotros es entender que estamos frente a un fenómeno. Quizás exagero, pero debo decirlo. Es un fenómeno que me supera desde toda perspectiva. Me agrada, ciertamente, pero me supera. No tengo análisis como para decir qué pasó en este lapso que el programa se convirtió en un clásico, que la gente lo ha visto en dos o tres oportunidades", reconoce Carlos Pinto.
Asimismo, apunta que "la maduración del programa le ha dado un look muy especial al trabajo nuestro, le ha dado los méritos que, probablemente, en mis inicios, yo quise darle al programa. Me sentí como 'el director' y yo pensé que podía darle un look y una impronta que marcara la televisión, porque uno es entusiasta. Yo así lo hice. Y eso se captó en alguna medida, pero el tiempo -como el vino dicen que madura- todos esos valores que uno le incluyó al programa han sido connotados. Hoy, en mayor medida".
"Este regreso se ha permitido precisamente porque todos esos valores ya la gente quiere que estén. No quieren una serie de triple acción, No quieren autos volando, a menos que sea la realidad del cuento. Si hay un auto que se incendia, se incendiaría; si hay una casa que quemar, veremos cómo la quemamos", complementa.
En la misma línea, el comunicador expone que "yo como director, guionista y periodista del programa siento que estoy rebasado por las circunstancias".
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Carlos Pinto y extras de Mea Culpa[/caption]
El fenómeno y la cárcel
Sobre los inicios del programa de crímenes que marcaron al país, Carlos Pinto recuerda que "antes la gente lo veía, pero nunca decían que lo veían, porque era mal visto decir que veían Mea Culpa. De repente los tres o primeros cuatro meses, durante el primer ciclo, era muy mal visto decir que se veía el programa. Todos lo veían, pero decían 'sí, de vez en cuando lo veo'".
Sin embargo -sostiene-, con el correr del tiempo "se convirtió como en un reality para los espectadores. Ver la criminalidad en pantalla, ver a Chile. Es como si la cámara se hubiese volteado hacia la gente, no hacia el televisor".
Consultado sobre sus comentadas entrevistas a criminales, el periodista devela que "cuando llegué a la cárcel he sentido acogida, respeto por el trabajo. En la cárcel no entra nadie si los reos no quieren. Así se tenga la autorización del Presidente de la República o del jefe de la cárcel, no entra nadie. Hay que tenerlo claro".
"El temor que tenía yo es qué pasa ahora (en las cárceles). Qué pasa ahora si yo entro y me comparan con otro periodista o lo que sea, pero me sentí muy tranquilo al saber que existe una acogida tanto de Gendarmería hacia nosotros, y fundamentalmente de parte de los reos que son los dueños de la cárcel", destaca.
Incluso, confiesa que "me dicen 'don Carlitos, una foto', y ya eso para mí significa aceptación".
¿Acepta todas las selfies con los presos? "Siempre accedo. Es parte del negocio. Y por respeto a la dignidad de ellos".