Carola Fuentes: "Víctimas de Schäfer fueron abandonadas por el Estado..."

En 13 meses de trabajo, un equipo de reporteros del programa "Contacto", formado entre otros por la periodista Carola Fuentes, Gustavo Villarrubia, el camarógrafo Raúl Castillo y el abogado Hernán Fernández, logró lo que durante años para la policía chilena fue una misión imposible: Ubicar y capturar a Paul Schäfer, el "Tío Permanente".

Su reducto, la Colonia Dignidad, se allanó decenas de veces en vano. Nunca nadie pudo probar qué tan falso era el rumor que en el círculo de protección del jerarca se incluían muchos de sus perseguidores e importantes líderes políticos del país.

Cuando a las 15.20 horas del jueves 10 de marzo de 2005 los funcionarios de Interpol, Argentina, dirigidos por el comisario Salvador Bellucci. ingresaron a la casa ubicada en un condominio del pueblo de Tortuguitas, a 40 kilómetros de Buenos Aires, junto a Carolina y el camarógrafo, la primera impresión de la reportera fue de extrañeza.

"Pensé encontrarme con un hombre altivo, muy dueño de sí. Pero lo que vi era un anciano enfermo que reclamaba en alemán no entender lo que le estaba pasando, a pesar de estar junto a Matthias Gerlach, Renata Freitag Hatmman (enfermera personal de Schäfer), Peter Schmidt Spinti y Rebeca del Carmen Schäfer Schneider, su hija adoptiva", recuerda Carola, hoyo rostro de CNN.

El equipo de televisión, con sus propios medios y con los datos de algunos ex colonos, los mismos que quizás alguna vez tuvo en sus manos algún policía, llegó primero al pueblito de Chivilcoy, donde descubrió la presencia de Peter Schmidt, el guardaespaldas del Tío Permanente.

Luego ubicaron la residencia conocida como La Solita, arrendaron una avioneta para fotografiarla e iniciaron el largo trabajo del chequeo y el contrachequeo, hasta dar con su objetivo en octubre de 2004, fecha en que dan cuenta de su trabajo a Interpol Argentina.

- ¿Qué pasó por tu cabeza cuando te enteraste que había muerto?

- Nada. Nunca tuve un vínculo emocional con Schäfer ni para bien ni para mal. Yo lo investigué durante 13 meses para tratar de entender cómo pensaba, dónde se encontraba y qué medidas de seguridad podría tener, y qué pasos podría dar si se percatara que lo estábamos siguiendo.

- Y luego que fue detenido, ¿que pasó contigo?

- Observar con impotencia que la justicia no concretaba ni las investigaciones ni las sanciones. Me da mucha pena que las víctimas que yo entrevisté y que me ayudaron durante la investigación, como Franz Baar e Ingrid Szurgerlies, han sido literalmente abandonadas por el Estado chileno y condenadas a pasar hambre, porque no han recibido nunca la ayuda que han solicitado. Incluso le han enviado cartas a La Moneda, en vano. Otros colonos han corrido la misma suerte. Tienen un daño socio emocional tan complejo, que no han podido rehacer su vida ni en Chile ni en Alemania y han tenido que regresar a la Colonia. Fracasaron. En Alemania no pasan hambre, pero tampoco se sienten acogidos.

"Han pasado cinco años desde su captura y la justicia ha sido incapaz de concretar las sanciones contra Schäfer. Ninguno de los niños, sus primeras víctimas, ninguno de ellos ha recibido una compensación. Y ya ha muerto un par de ellos", sentenció.

COLONOS RECHAZAN SEPULTAR AL PEDÓFILO EN VILLA BAVIERA

Los colonos de Villa Baviera, ex Colonia Dignidad resolvieron ayer que los restos de Paul Schäfer no serán enterrados en la comunidad.

El ex jerarca de la colonia Paul Schäfer (89) falleció en la mañana de ayer en el Hospital de la Penitenciaría de Santiago, donde cumplía una condena por delitos sexuales contra menores, homicidio calificado y torturas cometidos en Parral, Villa Baviera.

El reo sufría de una grave afección cardiaca que se agravó en los últimos días.

El delincuente fue detenido en Tortuguitas, un pueblito situado a las afueras de Buenos Aires, tras permanecer siete años prófugo de la justicia, y trasladado a Chile para ser condenado a siete años de prisión por los delitos de homicidio calificado; tres años y un día por infracción a la Ley de Control de Armas y por torturas, además de 20 años por abusos sexuales contra menores.

"Hay un acuerdo tomado por la gran mayoría de los comuneros y no será enterrado en territorios de Villa Baviera", informó Martín Matusen, vocero del lugar.

"Encomendamos su alma al tribunal divino y creemos que hoy no es el día para emitir juicio, pero dejamos en claro que no moriremos con él", agregó.

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