El mundo entero espera que Usain Bolt se ponga luego las tillas número 44 y, si Bob Marley lo ilumina, rompe los 9,58 segundos en los cien metros planos. Bueno, todos menos la reina Isabel, claro está.
Pero la canosa a la que los ingleses le hacen reverencias tiene sus razones. Como Dios los cría y el diablo los junta, el hombre de color oscuro más rápido del planeta se hizo amiguis del príncipe Harry, que también es el más rápido del universo, pero para bajar las botellas del maldito licor.
¿Y? Para mala suerte de la reina Chabela, su nieto recibió una invitación de esas que ningún curagüilla, que haya chupado hasta perder la virginidad trasera, se podría resistir: un carrete con el “Rayo” donde más encima tendrá el honor de ser el DJ. ¡Salud!
Después de, incluso, ensayar un pique juntos, Bolt le dijo a Harry que si sacaba oro en la prueba madre del atletismo, ya tendría segura una pulsera en el VIP del after agüer dorado, como bautizaron al carrete donde se harán pocos los condones que repartieron en la Villa Olímpica.
Y por eso la reina madre no puede dormir. Imagínese que la última vez paparazzearon un carrete del bueno de Harry, el hermano chico del perfectito William, salía tomando vodka, pero por la nariz. El maleducado, sencillamente, no sabe comportarse...