"Mi nombre es José Navarro Labbé, el mismo que estuvo ocho días y siete noches con (se omite el nombre de la víctima), perdidos en los cerros. No fue que yo me haya querido llevar a esta menor, muy por el contrario, ella es quien me solicita mi protección, ya que el abuelo la quería matar".
De esta manera, José Navarro, "el brujo de Licantén", inició una carta de ocho carillas que envió desde la cárcel donde asegura que la causa de su huida con la menor de edad fue su intención de protegerla de su abuelo, Rafael Vidal.
TE PUEDE INTERESAR: ¿Cuál es el colmo de un reo? Que le prohíban acercarse a una cárcel
"Antes de que yo golpeara a Rafael tuvimos una discusión, la cual terminamos a combos. El viejo me pegó en la cien y en la boca del estómago. Yo le pego unas patadas y combos, pero este saca una corta pluma y me proporciona un corte. Tras ello, el viejo enfurecido viene, toma la pala con ganas de decapitar a la niña, de lo cual yo me percato, reaccionó, recojo el chuzo y lo golpeo, no con la intención de matarlo, sino de noquearlo", continuó.
"Ahí yo le doy mi palabra y hago una promesa a la menor que mientras estuviera conmigo nada le pasaría. Oferté hasta mi vida con tal de que ella viviera para que pudiera contar lo ocurrido", indicó.
Cuando llegaron a la casa de los padres de Navarro, le "preguntan a la niña si yo la habría tocado o abusado y esta responde que no. Le dice él me está cuidando, yo le digo a mi hermana que llame a alguien de su confianza o si no, no me iba a entregar".
DENUNCIA DE NAVARRO
Además, Navarro denunció una presunta vulneración a sus derechos. "No se tomó en cuenta el doble intento de homicidio de don Rafael hacia la niña y mi persona, tampoco se ha investigado el tema del tráfico (…) Mientras estén estos dos fiscales no declaro lo que yo sé de esa familia, porque el 2009 fueron ellos los que no me dieron la oportunidad de defenderme", agregó.