Mujeres se dirigían a sus hogares cuando fueron abordadas por cuatro encapuchados fuertemente armados.
Una de las jornadas más agitadas en lo que va del año se vivió la tarde del miércoles en la comuna de Ercilla, con el robo con intimidación de tres vehículos que terminó en una balacera que acabó con la vida de Camilo Catrillanca, miembro de la comunidad Temucuicui.
Una de las víctimas conversó con La Cuarta en exclusiva y pidió resguardar su identidad porque "nosotros no sabemos quiénes están detrás de todo esto, pero ellos sí saben quienes somos nosotros".
"Somos funcionarias del colegio rural Santa Rosa de Quecharehua. Normalmente, salimos a las 17 horas, pero ayer (miércoles) el término de la jornada fue más temprano de lo habitual. Éramos cuatro profesoras y dos niños a bordo de tres autos y a unos 800 metros de nuestro lugar de trabajo había una barricada. Un tronco de árbol en medio del camino", partió.
"Lo que más nos llamó la atención fue que ese camino lo hicimos nosotros para llegar al colegio, porque la calle oficial está en muy mal estado. Entonces, nos aprestábamos a bajar de los autos para mover el tronco cuando aparecieron cuatro encapuchados armados con escopetas hechizas, hachas y un sable. Nos pusieron boca al suelo. Fueron muy violentos", recordó.
"Una compañera por los nervios no podía abrir la puerta y ellos se enojaron y dijeron que si no bajaba iban a quemar el auto con ella adentro. Finalmente, rompieron el vidrio y fueron muy abusivos con los niños (de 8 años los dos)", aseguró nerviosa.
"Cuando se subieron a los autos lo echaron a andar muy rápido y nos alcanzamos a mover de la berma, porque sino hubieran pasado por encima de nosotros", dijo.
Respecto a las identidades, concluyó que "ellos estaban encapuchados y fue imposible verlos. Lo único que se pudo distinguir por la voz y contextura fue que eran jóvenes de unos 17 años. Eso sí, había un sujeto muy alto, más adulto. Él fue muy agresivo", cerró.