Celino Villanueva Jaramillo comenzó a morir el miércoles 11 de abril cuando se cayó de la cama de su casa en Mehuín. Se fracturó tres costillas y sufrió la perforación de un pulmón. Su viejo y menudo cuerpo de un metro 35 centímetros no aguantó el maltrato y de a poco se fue apagando hasta que, a las 5.49 de la madrugada de ayer, falleció en el Hospital de San José de la Mariquina.
La fama le llegó al veterano hace seis años, cuando la prensa supo que en 1995 una familia había allegado a un hombre que, según su cédula de identidad, había nacido el 25 de julio de 1896, cuestión que entonces ya lo convertía en uno de los hombres más ancianos del mundo.
El reconocimiento del campesino fue creciendo como una bola de nieve y sus cumpleaños se convirtieron en una pequeña festividad local. Tanto así que cuando, supuestamente, llegó a los 119 años la celebración la encabezó Carabineros y la institución nombró a Celino como suboficial mayor honorario, fue vestido con un diminuto uniforme verde y realizó un patrullaje en un vehículo policial.
En Chile pocos cuestionaron que el difunto hubiera tenido la edad que consigna el Registro Civil, pero que el documento diga que pasó por tres siglos no bastó para que su longevidad fuera reconocida en el extranjero, ni por el libro Guinness de los Records Mundiales.
Un punto que jugó en contra de Celino fue que no está su certificado de nacimiento. El hombre nació en Río Bueno, fue inscrito en una iglesia y de ahí se perdieron los papeles. Recién en la década del 50' se acercó a una oficina gubernamental con dos testigos para dar cuenta de su existencia y le informó al funcionario pertinente la edad que desde entonces siguió aumentando hasta llegar a los 121 años con nueve meses.
En 2011 el entonces seremi de Desarrollo Social, Peter Zippel, inició una campaña para el reconocimiento internacional del anciano, pero no tuvo éxito. "Fuimos a Río Bueno, donde se supone que había nacido. Recorrimos los registros de iglesias, las notas de bautismo, que en esos años eran más importantes que inscribirse en el registro, fuimos a cementerios para buscar familiares, pero no encontramos nada", dijo en aquella época.
La semana pasada el Guinness reconoció al japonés Masazo Nonaka como el más viejo del mundo, y eso que sólo tiene 112 años, por eso el diario inglés "The Guardian" se acordó del chileno, contó su historia y dijo que nació el mismo año en que se realizaron los primeros Juegos Olímpicos.
Funeral
Celino no se casó ni tuvo hijos, pero no estaba solo porque la familia que lo acogió en Mehuín le tomó tanto cariño que no se despegó de él hasta su muerte.
Celino llegó a la casa de Ivonne Morales a los 99 años, después de una vida en Río Bueno en donde se dedicó al campo. En la última localidad que lo acogió, complementaba la plata de su pensión con el cultivo y la venta de productos agrícolas.
De los últimos días Ivonne contó que "todo fue muy doloroso, fue muy agotador, sufrimos al verlo en el hospital. Para nosotros era muy complicado, pero tenía que llegar este día y ahora estamos aquí aguantando el dolor y la resignación. Pero Dios decidió llevárselo y ya había aguantado muchos años".
A medida que pasaron los días, el pronóstico de Celino se volvió complejo, y así lo hizo ver el doctor Osvaldo Artaza, quien dijo el martes que no le quedaban más de 48 horas de vida, y desgraciadamente acertó.
Antes de su partida, la señora del presidente Sebastián Piñera, Cecilia Morel, aprovechó que andaba por la zona, lo visitó y le trasmitió un cariñoso saludo de su marido, quien le regaló unos audífonos, una muleta y una estufa a leña cuando cumplió 115 años.
El viejito ahora es velado en su casa en Mehuín y su funeral será mañana, a las 11 horas, en el cementerio de Piutril.