Día Mundial del Cerebro: cómo prevenir un ACV

Siempre hay que escuchar al cuerpo. ¿Por qué? En nuestro país, las enfermedades cerebrovasculares (ACV) cobran la vida de un chileno cada 60 minutos, y casi siempre el descelance es faltal por la falta de información sobre los síntomas.

Esta enfermedad es silenciosa e impredecible, y se estima que el 90% de la población no sabe reconocer sus signos a tiempo.

Lo vital es aprender a advertirlos, ya que, por ejemplo, a la más mínima señal de pérdida de sensibilidad en la cara, falta de la fuerza a un lado del cuerpo, mareos, brusco dolor de cabeza o alteración al hablar, lo recomendable es acudir al recinto de salud más cercano.

Mientras más tiempo duren los síntomas del ataque, mayor será el riesgo de daño cerebral. Según el Doctor Eloy Mansilla, neurólogo vascular de la Universidad de Chile, "se estima que el 20% o 30% de las personas que sufren un ACV fallecerán, y si no ocurre la muerte, las secuelas permanentes son la discapacidad física y/o mental, las cuales disminuyen de manera drástica si el paciente accede a tratamientos de recanalización precoz, y es atendido en una unidad de cuidados neurológicos apropiada", advierte.

Las personas que realizan el tratamiento una hora y media después de los síntomas, tienen el doble de posibilidades de quedar sin secuelas. En cambio, si pasan 3, 4 ó 5 horas, están en peligro de que las consecuencias sean persistentes.

Por esto se hace énfasis en la importancia de su detección temprana, y tener claro los factores de riesgo que pueden ser causantes de esto, como lo son la hipertensión arterial, colesterol alto, el hábito de fumar, la diabetes, el sedentarismo, exceso de sal y alcohol.

Pero no todo se trata de la calidad de vida que tenga la persona y lo mal que se porta con su cuerpo. También existen factores no modificables, como el historial familiar y la edad.

Tipos de ACV

Es importante reconocer que hay distintos tipos de ACV, pues está el isquémico y el hemorrágico.

El primero es producido por un trombo que bloquea el flujo sanguíneo hacia el cerebro. El segundo, que es menos habitual, se genera por la rotura de un vaso sanguíneo que forma una hemorragia cerebral.

Varias regiones de Chile utilizan tratamientos como el trombolítico intravenosos, que es transcendental para disminuir la mortalidad. Tanto se ha innovado en el aspecto del cerebro, que hospitales como el de Temuco marcó un precedente, al demorarse solo 48 minutos en atender un paciente.

En el Día Mundial del Cerebro, es fundamental poner a uno de los motores de nuestro organismo entre los algodones que se merece, ya que el 2,6% de los chilenos ha sufrido alguna vez un ACV, según las cifras que arrojó la última Encuesta Nacional de Salud, y muchos de ellos han muerto por no ser precavidos, o por causa de la ignorancia frente a los síntomas.

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