Cerrado hasta nuevo aviso: suspenden clases en Liceo Darío Salas por presencia de aguas servidas y “graves problemas de infraestructura”

“Desde el inicio, cuando entramos en marzo, sabíamos que el colegio realmente no estaba en condiciones. Nuestra directora nos lo dijo, ella no era partidaria de partir en las condiciones que teníamos”, aseguró una profesora del establecimiento.

Este lunes el Liceo Darío Salas, ubicado en la comuna de Santiago, comunicó que producto de problemas de infraestructura que aquejan al establecimiento se vieron en la obligación de suspender indefinidamente las clases presenciales. De hecho, se determinó el cierre del edificio por algún tiempo.

La información fue difundida por la dirección del colegio mediante un comunicado en su página web. Allí explican en detalle lo que ocurre:

“Estimados padres, madres y apoderados: Informamos a ustedes que el cierre del establecimiento tiene relación con problemas de infraestructura que se han presentado (…); para garantizar la seguridad de nuestros estudiantes, el sostenedor está trabajando desde hoy para solucionar los reparos necesarios”, dicen desde la dirección del establecimiento.

Por otra parte, según constató Radio ADN, el cierre temporal del liceo se decidió toda vez que la Seremi de Salud Metropolitana halló la presencia de aguas servidas en los baños:

“Se suspendieron las clases a solicitud de la Autoridad Sanitaria debido a presencia de aguas servidas en sector de los baños. Deben subsanar esa deficiencia y notificar para realizar el retorno a clases”, precisaron tras la inspección.

Así las cosas, para retomar las clases presenciales, la dirección del Liceo Darío Salas primero tendrá que solucionar esa serie de desperfectos que fueron detectados tras la inspección, y que se arrastran desde hace más de cinco años.

Catherine García, representante del Centro de Padres del Liceo Darío Salas, le dijo a Radio ADN que “llevamos más de cinco años solicitando que se arregle el gimnasio. Se hicieron algunos arreglos, los que se abandonaron en distintas instancias”.

“Desde el inicio, cuando entramos en marzo, sabíamos que el colegio realmente no estaba en condiciones. Nuestra directora nos lo dijo, ella no era partidaria de partir en las condiciones que teníamos. Se le había solicitado a la DEM muchas veces toda la infraestructura que se necesitaba implementar, los baños, las cosas que había que arreglar. Y no fue así”, convalidó la profesora del establecimiento Valeria Rojas.

Y concluyó: “Partimos con muchos problemas: salas sin vidrios, de niños chicos y niños grandes, falta de material, falta de mobiliario, no teníamos la cantidad de sillas y mesas necesarias. Tuvimos que hacer malabares y magia para sentar a todos los niños durante los primeros días de clases”.

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