Una pareja de veteranos encontró en junio del año pasado una maleta negra en la ribera del río Spree, en Berlín. Su intención era quedarse con lo que tenía adentro, para eso los ancianos la abrieron y como si fuera chiste, encontraron en su interior otra maleta estampada de camuflaje un poco más chica.
El olor a putrefacción era intenso, pero corrieron el cierre y descubrieron el cuerpo de una mujer de un metro y medio, de tes blanca y sin documentos que tenía un anillo de forma de corazón en un dedo de la mano derecha, y un amuleto de buena suerte en un bolsillo.
Gracias a sus huellas digitales la policía alemana determinó que la víctima era la noruega de 36 años, Lene Sand, quien estaba de paso en el país en donde había entablado una relación hace dos semanas con el actor chileno radicado en la ciudad, Jorge Vásquez, de entonces 38 años.
Lene conoció al hombre que le quitaría la vida en la galería de arte “Paraíso KulturRaum”, donde él trabajaba, y ahí mismo fue asesinada una semana antes de que su cuerpo apareciera, informó el vocero de la fiscalía de Berlín, Martin Steltner.
Testigos contaron que vieron a Vásquez con una maleta igual a la encontrada y la policía partió tras sus pasos, pero el sospechoso ya había arrancado y sólo pudieron dar con un amigo suyo de nacionalidad alemana, quien según la investigación, lo ayudó a limpiar la sangre de la asesinada y a botar el cadáver.
Además, el peritaje forense determinó que la noruega fue atacada con un cuchillo por lo menos siete veces en la cabeza, oídos, mejillas y tórax.
En tanto, el chileno arrancó y se fondeó en México, en donde fue descubierto en agosto del 2015, extraditado al Viejo Mundo y ayer enfrentó a la justicia. Si es condenado por asesinato simple arriesga 15 años, y en caso de ser premeditado, podría estar en cana por el resto de su vida.
AVERGONZADO
Ante el estrado el chileno confesó todo. El diario Bild contó que con voz ronca y con la ayuda de un traductor dijo: “Me da vergüenza lo que hice, y me gustaría ser capaz de hacer retroceder el reloj”.
Sobre el motivo del asesinato le echó la culpa a que había tomado mucha cerveza, vodka y consumido anfetaminas. “Ella me gritó, insultó y pegó, por eso perdí el control”, dijo. Además, informó que Lene lo había amenazado con acusarlo a las autoridades de no tener residencia ni permiso para trabajar.
Ante el tribunal Vásquez contó que su mamá y una tía lo visitaron mientras el cadáver aún estaba en la parte trasera del restorán que tiene la galería. Dijo que “fue mi idea deshacerme del cuerpo de esa forma, fuimos dos veces (a tirarlo con su amigo); la primera se rompieron las ruedas de la maleta y la segunda vez yo la tiré al río”.
“Estaba desequilibrado por las drogas y tengo problemas mentales, cometí un homicidio y también maté todos mis sueños, espero que algún día pueda perdonarme a mí mismo; hoy no. Y sueño con alguna vez empezar una nueva vida”, confesó.
AMIGOS
El diario noruego Fradelandsbennen habló con familiares de Lene y ellos contaron que le encantaba viajar y que les había contado que en Alemania había encontrado amigos buena onda en la galería de arte.
“Era un alma maravillosa, quedamos en estado de shock y necesitamos tiempo y tranquilidad para superar el dolor”, dijo un tío.
“Ella era muy chistosa y amable y amaba viajar”, agregó un amigo.