"Chatarra" ya usa placa de tanto morder patentes

Hay canitos regalones, otros tiernuchos, están también los agresivos y "Chatarra", el terror de las patentes.

Los trabajadores y usuarios de la Fundación Cerro Navia Joven ya no hallan qué hacer. Uno de los perros de la jauría que vive justo afuera del recinto es seco pa' masticar las placas patentes de los tocomochos. ¡En 5 segundos las convierte en chatarra!

"El otro día paró un auto y lo vi en acción. (El perro) muerde la patente, ¡la gira y la hace pedazos!", cuenta Constanza Pinto, encargada de comunicaciones de la fundación que ayuda a salir adelante a los vecinos de escasos recursos de Cerro Navia.

Cony asegura que no hay registro de que el lote de ocho canes haya atacado alguna vez a una persona, pero las patentes llegan a hacer tiritar las tuercas que las sostienen cuando se acerca el cachupín dientes de sable.

"Mi auto es nuevo, pero (el "Chatarra") ya me hizo pedazos la patente. Mi marido la estiró y le puso más pernos, pero está llena de hoyos", se queja Patricia Banda, directora del área de niños de la fundación.

DRAMA CON LA REVISIÓN

Lo peor de todo es que aparte de hacer zumbar sus dientes, el "Chatarra" le ha sacado canas verdes a varios.

A Juan Ibáñez, que también pone el hombro en la fundación, le rechazaron la revisión técnica porque su patente estaba pa'l cucho.

"Me dijeron que así no pasaba, tuve que pedir otra, ahora ando con una provisoria", explica el titán.

Carlos Sepúlveda, jefe de la Planta de Revisiones SGS, aclara que "las placas tienen que estar 100% legibles y sin modificaciones, para que Carabineros pueda reconocerlas y se vean en los pórticos del Tag". El drama es que cambiarlas sale bien salado. El Registro Civil cobra $8.100 por entregar una nueva placa y hay que esperar al menos un par de meses.

TRAUMATIZADO

Como nadie sabe por qué al "Chatarra" le gusta tanto mascar patentes, La Cuarta contactó al sicólogo canino Raúl Gajardo, quien quedó de una pieza al escuchar del canito. "Es primera vez que conozco un caso así", dijo el capo.

"Tiene que ver con el tema de la depredación, tal vez él tenga genes de perro de caza", sentencia Gajardo. Sea cual sea la razón, el profesional de la mente perruna asegura que hay que examinar al "Chatarra" para ver si tiene un problema neurólogico, se le soltó una tuerca o está medio sordo.

"También es probable que haya vivido algo traumático, que lo hayan pasado a llevar con un auto y le desencadenó ese comportamiento", versó el doc, que destacó que el perrito "se puede rehabilitar".

QUILTRO NO PERDONÓ AL DIARIO POP

Informados del extraño caso del perro muerde-patentes, La Cuarta metió chala hasta Cerro Navia para conocer al coludo. ¡Pero jamás pensamos que nos haría la desconocida!

Apenas el auto de nuestro aperrado conductor Pedro Araya salió de la fundación, la tropa de canes se abalanzó sobre las ruedas. Pero el "Chatarra" fue más allá y mordió con alevosía la patente del toco. ¡Se demoró cinco segundos en dejarla como repollo!

"Miiira, el perro @%$&! cómo me dejó la patente!", exclamó Araya, que terminó estirando la placa a martillazos.

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