En un misterio se convirtió la desaparición de Josseline Leandra Ruiz Garrido (28), una chilena que viajó a Ciudad de México por una mejor vida.
En el 2010, la oriunda de Talcahuano agarró sus maletas y se mandó a cambiar a la tierra del Chapulín Colorado en busca de un futuro esplendoroso. Y así fue en sus primeros años.
La chiquilla se instaló en la colonia de Nonoalco, uno de los pirulos barrios del Distrito Federal y, al encontrar trabajo, le enviaba mensualmente dinero a su familia.
“Ella se comunicaba con nosotros, específicamente, con Barbarita, mi hija menor”, cuenta Alfonso Ruiz, su padre, quien agrega que en el 2012 vino de visita al país con Pablo García de la Rusa, su pierno suave en aquel momento.
De vuelta en Cuatelandia, la chiquilla mantuvo las conversaciones con su taita y hermanos hasta mediados del 2014, cuando la comunicación entre ellos dio un giro y Leandra, como le llaman en el seno familiar, les empezó a dar la cortada, argumentando que no tenía tiempo para meterse a Facebook.
Finalmente, el 21 de enero de 2015 les mandó un último mensaje: "Llevo un tiempo viviendo con alguien. Viajo mucho. Estoy muy contenta, pero quiero ser honesta con ustedes, por el trabajo de Alejandro (su nueva pareja) no le gusta que me conecte al Face (...) de verdad quiero estar bien con él".
Estas palabras devastaron a la familia Ruiz Garrido, pero su padre jura que ella no es así. “La última vez que vino estaba bien, dejó un poder para que yo le fuera a buscar su carné de identidad”, cuenta.
Tras ese mensaje, la joven cerró su cuenta de Facebook, su pololo hizo lo mismo y nunca más se supo nada de ellos. O sea, se los tragó la tierra.
BÚSQUEDA
La joven desapareció hace más de un año y la comunidad chilena residente en México se puso a buscarla de inmediato, pues saben que la vida en ese país es más difícil para una extranjera. "Fui a la dirección donde vivía y el conserje me dijo que ella se fue hace más de un año del departamento", aseguró Lucrecia García, cuate casada con un chileno.
A la comunidad criolla le preocupa ene su paradero, porque la situación en ese país es complicada. Además, en septiembre del año pasado venció su visa de trabajo y no renovó sus documentos.
Los familiares de Josseline no aguantaron más y presentaron una denuncia en la fiscalía de Talcahuano, organismo que se puso en contacto con la Fiscalía Nacional para dar aviso a la policía mexicana de su desaparición y, paralelamente, con la PDI para que efectúe otro tipo de diligencias.
En tanto, las autoridades chilenas en Cuatelandia se tiraron de cabeza a coordinar su búsqueda en el Distrito Federal y otras zonas del país.
"Hemos hecho todo lo que está al alcance de nuestras manos para hallarla", cerró el cónsul general, José Jaliliye,