El ingeniero comercial Ángel Niccodemi, de 26 años, participó en su segundo mundial de Monopoly y casi tocó el cielo con las manos porque llegó a la semifinal.
La meta del compadre era obtener el primer lugar del torneo que se realizó en la ciudad china de Macao, porque junto con el ganador del anterior mundial (que fue por derecho adquirido) era el único participante que se repetía el plato al haber obtenido en cancha su segunda clasificación.
En el certamen realizado en Las Vegas, el 2009, Álvaro salió 21°, a pesar que no tenía experiencia y ni siquiera se sabía todas las reglas, mientras que en la competencia que recién se realizó en el país más poblado del mundo era uno de los favoritos entre los 28 competidores de los cinco continentes.
Para clasificar al mundial Ángel debió competir en Chile con 15 finalistas que clasificaron entre dos mil personas que lucharon por internet, a las cuales se les sumó él en la etapa final por haber sido el último campeón.
En China, tras diez horas de juego, el italiano Nicolò Falcon ganó el certamen al derrotar en la final a un japonés, a un gringo y a un noruego. El europeo, con 26 años de experiencia, se llevó para la casa un premio de 20.580 dólares.
Nuestro compatriota partió como avión y superó la primera ronda en donde enfrentó a rivales de Francia, Colombia, Alemania, España, China y Noruega.
“En las tres rondas de clasificación gané dos partidas, lo que me significó avanzar a semifinales en el cuarto lugar, quedando cabeza de serie, sólo detrás Australia, Estados Unidos y Gran Bretaña. Durante la semifinal, lamentablemente la suerte no me acompañó, pero me sentí feliz porque puse absolutamente todo en la mesa: experiencia, estrategia y garra. Di el máximo y logré las mejores negociaciones que se podían con las propiedades que tenía. Mi mesa la ganó el italiano, quien finalmente se quedó con el torneo”, contó nuestro hombre en Macao.
