Esas fotitos que todos los viernes acompañan al diario pop, con las que usted se manda sus fantasías más irrealizables o adorna el lugar de trabajo, ahora la rompen en Estados Unidos, ya que Ignacio Murúa las rescató y se mandó flor de exposición donde los gringos.
La muestra, que se titula "Bomba 4", tiene el fin de rescatar una tradición que en palabras de Nachito "existe en todo el mundo, pero que acá en Chile se particulariza en estas fotos".
"Yo quería rescatar la cultura que hay detrás de los posters, que son una especie de culto dentro del pueblo. Yo me crié mucho en talleres de construcción y cuando lo vi, encontré que más que un sentido sexual, tenían una función decorativa", chantó el artista.
Murúa se quiebra además al decir que recorre los talleres mecánicos, vulcanizaciones y construcciones en busca de las bombitas, a las cuales les saca una foto y la interviene de manera digital. Ahora, se presenta específicamente en la galería Kokoro, ubicada en la ciudad de San Francisco.
Este seudo artista cuarteril que llevó a las chiquillas a las grandes ligas, dice que lo que más le gusta de éstas, es que son de las poquitas que se conservan en su mayoría "100% natural".
"Me gustan, porque son de las pocas mujeres que son reales, que no tienen pechugas postizas. Además, son mujeres antiguas y bien conservadas, por lo que tienen ese toque retro y antiguo", filosofó.
¿Y los gringos cómo lo pasan con las bombitas? Según Murúa, lo pasan de pelos, porque dice que los posters con chicas que vienen igual como el tatita Dios las trajo al mundo, son una onda que es transversal en todos lados, ya sea pobre o rico, rucio o moreno, de cara lisa o espinilludo con pelitos de oro en la mano.
"Cuando yo reintervengo las obras, les doy una estética de museo. Es por eso que acá están fascinados con esto, porque vienen de todos lados. Incluso ya me hicieron un ofrecimiento desde Francia para llevar la exposición", cuenta orgulloso el Nachito.
Dice que se pegó la espabilada de lanzar este proyecto cuando cachó que todos los lugares donde la Bomba 4 se colgaba orgullosa para satisfacer a los califas se han modernizado, perdiendo espacios para que la belleza de los viernes se cuelgue.
"Ahora todas las vulcanizaciones o talleres mecánicos parecen clínicas y se ha ido perdiendo el espacio para la Bomba 4. Quería rescatar esto antes de que se acabara", mató Murúa. ¡Se pasó el compadre!
