Víctor Ortega contó sus pellejerías en la cárcel de Indonesia donde libró de dura condena, tras ser descubierto con cinco semillas de marihuana.
Un infierno en un paraíso fue lo que vivió el arquitecto Víctor Ortega (35), quien estuvo preso durante 8 meses en una precaria cárcel en la ciudad de Bali, luego que fuera acusado de tráfico de drogas al transportar cinco semillas de marihuana.
El profesional llegó este fin de semana, luego que fuera liberado por la justicia de Indonesia, tras declararse culpable para, de esa manera, rebajar los 15 años de presidio que arriesgaba.
- ¿Qué fue lo peor que te tocó ver en la cárcel?
Las condiciones de hacinamiento eran terribles. Dormí en el suelo y no había baño, bajé mucho de peso y me tocó defenderme en varias peleas.
- ¿Viste morir personas adentro?
A dos sujetos, uno de un ataque cardiaco y otro de una sobredosis de droga.
- ¿Cómo era tu celda?
En los 8 meses nunca vi el sol. La celda era oscura y húmeda. Lo peor es que hasta un terremoto viví en la celda. Un fuerte sismo ocurrió en Indonesia y lo viví en completa oscuridad. Fue desesperante.
- ¿En qué pensabas todo ese tiempo?
En mi hija, ya que sería un viaje de solo 3 meses y volvería para el nacimiento de ella.
El amigo del encargo
Las cinco semillas en cuestión fueron encargadas por un amigo constructor civil de Ortega, luego que este último pasara por Holanda.
"En ningún momento las transportaba como contrabando, ya que estaban a simple vista en la aduana. Ahí la persona que me revisó me dijo que iba a pasar un largo rato acá", señaló el hombre en libertad.
- ¿Ha vuelto a hablar con su amigo?
Claro, es mi mejor amigo y me pidió perdón, pero fue un caso fortuito. Esto no fue culpa de nadie solo mala suerte, me apoyó desde el minuto uno.
- ¿Quién te ayudó allá?
Jaime Rojas. Es un ex futbolista que jugó en Católica y que ahora está radicado en Indonesia. A él lo conocí allá y me visitaba en la cárcel y me llevaba comida, también estuvo presente en las audiencias. Le estaré eternamente agradecido.
- ¿Tu familia te acompañó?
Siempre estuvieron pendientes, sobre todo mi hermana Camila, ella es mi súperheroe. Ella movió montañas e hizo la gestión en redes sociales, además de ayudar a que se supiera el caso. Incluso me fue a ver allá. Luego del terremoto ella fue a gritarme desde afuera de la cárcel: "Hermano te amo, estoy bien".
- ¿Volverías a viajar Indonesia?
Claro que sí, lo que me pasó fue terrible, pero no puedo culpar a un país completo. Todos los lugares tienen cosas buenas y malas.
- ¿Te reconoció tu hija?
Tuvimos una conexión ya que la sangre tira. Mi hija se llama Victoria y nos estamos conociendo, solo quiero pasar tiempo con ella.