Chilenos relatan crudo paso de huracán Sandy

“Nueva York nunca había estado tan silenciosa como hasta ahora”, comentó desde su casa María Jesús Vergara, fotógrafa chilena radicada en EE.UU.

La naturaleza puso de rodillas a la capital más famosa del país más poderoso del mundo, y eso que las tormentas permiten prepararse, a diferencia de los terremotos que nos tienen de caseros por acá.

Las autoridades hicieron lo que pudieron por evitar muertes,  pero de todos modos al menos 48 personas fallecieron en la costa este de Gringolandia.

La mayoría de las víctimas del huracán Sandy se nos fueron por la caída de árboles sobre autos y casas, ya que la gente acató la orden de no salir a la calle.

El estado más damnificado fue Nueva York, donde se registraron 15 víctimas mortales, incluyendo diez de La Gran Manzana.

En su paso previo por el Caribe, Sandy aniquiló a 67 personas y después de asolar Gringolandia mató a una última en Canadá.

La tormenta dejó a ocho millones de personas sin luz, forzó la suspensión de más de 14 mil vuelos de aerolíneas comerciales, levantó marejadas de hasta cuatro metros, e inundó varias líneas del metro.

Un hecho inédito que provocó la tormenta tropical fue que Wall Street cerrara por segundo día consecutivo, algo que no había ocurrido en sus 124 años de historia.

El área metropolitana está sin transporte público, y casi todos los puentes y túneles colapsaron. Los cálculos apuntan a que el valor de los daños superaría los US$20 mil millones.

CHILENOS

Gonzalo Mena tiene 25 años, vive en Manhattan y hace tres meses estudia estadística en la Universidad de Columbia.

Nos contó que lo más brígido ocurrió entre las 17 y 22 horas del lunes.  “Era un viento muy fuerte con ráfagas de más de 130 kilómetros por hora, que en Chile no se ve ni en Punta Arenas. Provoca que se vuelen muchas cosas, deja lleno de escombros, y nos impide mantenernos de pie en la calle”, explicó.

Alejandro Rojas también está radicado en Nueva York y quedó molido de tanto subir y bajar escaleras al colaborar en la evacuación de pacientes de un importante hospital.

El heroico bioquímico confesó que no había pensado que  la mansaca sería tan cotota hasta que vio “el desastre” que había en el NYU Medical Center.

Un grupo de chilenos que podría sumarse a los damnificados corresponde a los deportistas matriculados para el famoso maratón de la ciudad que no se ha postergado y no tiene cómo llegar para el próximo domingo.

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