Chilenos saldrán en libertad pero no podrán abandonar Malasia hasta apelación

Ambos fueron trasladados hoy desde la cárcel hasta un centro de detención de inmigrantes en Kuala Lumpur.

Los dos chilenos condenados por la muerte de un malasio el año pasado saldrán en libertad en unos días, pero no podrán abandonar de Malasia hasta que se resuelva un recurso de apelación presentado por la Fiscalía.

El ingeniero Felipe Osiadacz, de 27 años, y el cocinero Fernando Candia, de 30, fueron trasladados hoy desde la cárcel hasta un centro de detención de inmigrantes en Kuala Lumpur tras cumplir su condena de dos años de cárcel, reducida a algo más de 15 meses.

Los chilenos, que llevaban en prisión provisional desde agosto de 2017, llegaron en un furgón policial junto con otros detenidos y Osiadacz expresó desde el vehículo su desconocimiento de los trámites a los que tienen que someterse en los próximos días.

Su abogada, Venkateswari Alagendra, dijo que los chilenos quedarán en libres cuando las autoridades pongan sus visados en regla, lo que llevará unos días, aunque los pasaportes quedarán en custodia del tribunal y ellos no podrán abandonar el país.

Apelación

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El pasado jueves, la Fiscalía presentó un recurso de apelación contra la sentencia de dos años de cárcel impuesta el pasado 15 de noviembre a Osiadacz y Candia, que aceptaron declararse culpables de "homicidio culposo" en lugar de "asesinato".

Fue la Fiscalía quien ofreció la rebaja del cargo y pidió 3 años de cárcel, pero el juez decidió rebajar la pena a dos años y descontar más de un tercio por buen comportamiento y días festivos pasados en prisión provisional.

La apelación de la Fiscalía ha sido una sorpresa para la defensa y los periodistas que han seguido el caso.

Los chilenos fueron detenidos el 4 de agosto del año pasado tras matar a un malasio en una trifulca en un hostal de Kuala Lumpur en la que ellos alegan que actuaron en defensa propia y solo intentaron inmovilizar a su atacante en el suelo.

La víctima, descrita durante el juicio como un hombre vestido de mujer e identificada como Yusaini Bin Ishak, había consumido distintos tipos de drogas y murió asfixiada, algo de lo que los chilenos dicen que no se dieron cuenta hasta más tarde.

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