Chillán: la montaña tiene brillo hasta cuando no hay nieve

Aunque los Nevados de Chillán son célebres por ser el mejor resort de ski de nuestro país, adentrado a 85 kilómetros hacia la montaña, durante el verano también tienen mucha vida y panoramas para ofrecer.

En el bello paraje están preparados los 365 días para atender a sus visitantes, quienes pueden pagar y reservar su estadía en las casas matrices de Chillán y Concepción, como ahora también en Santiago (Rosario Sur #91, oficina 403, Las Condes), para que se vaya a la segura.

Un mundo en la montaña. Entre las actividades a destacar, aparte de poder relajarse en un ambiente absolutamente natural, está variados trekkings por rutas que lo adentrarán en bosques milenarios, que además le harán conocer sectores como la cascada en la caminata de Rucapirén.

Otra de las bondades que le pondrá los pelos de punta son las once líneas de canopy por las que se puede deslizar, ver los paisajes y vivir la emoción del vacío.

Inolvidable

Pero el deporte que reina en verano es el mountain bike. Los más pequeños pueden aprender en la escuelita, y los más avezados tiene pistas que van desde los términos medios hasta pilotos avanzados.

Incluso, diversos riders practican en sus tracks para mejorar sus aptitudes para alta competencia.

Las pendientes que ofrecen los Nevados de Chillán, están entre las mejores de Sudamérica, y son el terreno propicio para que, en verano, se pueda realizar el mountain bike, disciplina que consiste en bajar en velocidad por la montaña, con diversos saltos y curvas. Entre las pistas, hay algunas que son casi 100% lisas, sin rocas ni raíces, para los que recién comienzan en la disciplina, pero hay otras con grados de dificultad de carácter mundial para la práctica profesional.

Entre las maravillas que se pueden disfrutar en los parajes del lugar está el canopy, el que con once líneas a lo largo de un valle lleno de verde, se puede vivir con gran emoción, al cruzar los distintos vacíos por lo que uno pasa colgando. Una de las cosas importantes es, que por más adrenalínico que sea, la seguridad es algo que prevalece sobre todo, con mantenciones regulares de los cables por parte del staff encargado de entretener a los pasajeros.

Una de las cosas que no deja indiferente al público que visita el hotel es su gran menú. En el desayuno, y pensando en los deportistas que suben, hay comidas hipercalóricas, como tocino y huevo revuelto, pero está la propuesta más light también, de frutas y cereales. Pasando al almuerzo y la cena, aparte de las ensaladas, destacan sus ceviches. En los fondos, hay pastas, variedades en carnes y las típicas longanizas de Chillán. En cuanto a postres, donde destaca su torta tres leches.

Los parajes que ofrece en verano hacen que dar un paseo por el bosque sea algo que nadie puede dejar de hacer. Existen diversos niveles, pues para la tercera edad está un trekking que permite ver árboles milenarios y claros que encantan. Para los más avezados, hay otros senderos, como Rucapirén, que le permite llegar hasta donde nace una cascada, o también la subida de los monjes, que era la antigua ruta para llegar al lugar, y que dura cerca de 3 horas.

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