Un enjambre de sostenes, pantys, chitecos y enaguas flamean en un cordel frente a la Estación Mapocho como si fuera ropita tendida lista para secar. Otro grupo de pilchas íntimas femeninas de color blanco cruzan sobre el mismo río.
La gallada que pasea por el lugar no lo puede creer. Con la tarasca abierta contempla la intervención artística sin entender ni jota.
"Yo creo que alguien sin secadora aprovechó para tender ropa mojada", comenta en plan tallero una abueli que cruza la calle en dirección a la Vega Central.
La verdad de la milanesa es que se trata del proyecto de corte social "Cada mujer decide cuando se saca la ropa", realizado por la artista Peque Cañas.
FILO A ABUSOS
La gracia de ventilar los churrines en un espacio público es intentar representar el maltrato, la violencia sexual y el abuso que sufren las mujeres en nuestro calcetín de tierra.
Se supone que las camisas de dormir y las enaguas representan prendas súper cercanas a las emociones y sentimientos de las féminas y simboliza una experiencia de maltrato no visible.
"La idea es sacar los trapitos al sol y ventilar lo que ocurre dentro de los hogares,en la vida de la mujeres", quiere dejar clarito como el agüa la escultora.
Peque Cañas dejará los chitecos colgando hasta el 20 de octubre.
Ronald Henríquez M.