Mientras en Perú algunos tratan de armar una guerra inexistente por los límites acuáticos y el partido con la Roja de Todos, en Santiago el alcalde Pablo Zalaquett se fumó la pipa de la paz con un grupo de cholitas buenas para cocinar.
Durante el verano que ya se nos fue, las cholitas cocinaban en la calle y le llenaban la panza a los comilones que transitaban por Catedral, arteria principal de "Little Lima". Cuando llegó Zalaquett a la muni cachó que el negocio tenía cero salubridad y amenazó con sacarlas a todas.
Tras varias discusiones, ayer se llegó a un consenso entre las cholitas y el municipio, que les hizo una oferta que no pueden rechazar.
"Se trata de dos opciones: Un local de 1.400 metros cuadrados en el barrio Franklin, donde pueden instalar una cocina, 60 módulos de 2 por 1 metro y 17 locales comerciales. La otra es un recinto en el Persa Bulnes del Parque de los Reyes, con características similares", explicó el edil Zalaquett, quien además anunció que las cocineritas ya no pueden preparar ni vender sus productos en la calle.
"Desde el 31 de marzo, Carabineros será implacable y sacará a cualquiera que venda productos en calle Catedral", agregó.
La peruanita Vilma Guadalupe requetecontrajuró que cumplirán la ley. "No venderemos hasta estar instalados en el nuevo sitio. Aunque es un poco más lejos que Plaza de Armas, sabemos que nos irá bien, porque a la gente le encanta el ají de gallina, la pollada y la comida peruana en general", parló.
CRÉDITO
Las peruanitas favorecidas tendrán que pagar un arriendo mensual de máximo 40 lucas, sacar un crédito para habilitar los módulos de venta y lavarse bien las manos antes de cocinar.
El municipio servirá como garante de los arriendos, diseñará los locales para que queden del uno y se comprometió a difundir las cocinerías cuando estén listas de aquí a noventa días.