Dicen que cuando las necesidades del cuerpo llaman a la puerta, no queda de otra que atenderlas al toque. Incluso si resulta que te encuentras compitiendo en una importante competición deportiva. Y el ciclista holandés, Tim Dumoulin, es un ejemplo perfecto de ello.
Resulta que en plena carrera del Giro de Italia, el compadre se vio afectado por una inoportuna gastroenteritis y la cosa fue tan brígida que no aguantó más, se bajó en el kilómetro 23 de la bicicleta, y luego de sacarse el traje hasta quedar en pelota, se agachó al borde de la pista para evacuar a la vista de todos, cámaras de televisión incluidas.
"Lo empecé a notar en el descenso del Stelvio y tuve que parar. No podía seguir. Sencillamente, he tenido problemas. Tenía que evacuar, no me podía aguantar", admitió el ciclista, mortificado por la mansa plancha.
Por culpa de este bochornoso incidente, perdió dos minutos de ventaja respecto a sus compañeros. Pero por suerte pal cabro, sigue el líder del grupo, aunque la diferencia de dos minutos podría perjudicarle de cara a la final.
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