Después de cinco años fondeado en la oscuridad, la Unidad de Prófugos de la Justicia de la PDI agarró a Luis Millaleo Márquez (56), acusado de ser el co-autor del brutal robo a la fábrica de Cecinas San Jorge, ocurrido en junio de 2003, y donde murieron dos guardias de seguridad.
Según el inspector Rodrigo Burgos, el 6 de junio de ese año el "Lucho" robó 32 guatones desde la caja fuerte de la empresa, ubicada en Pudahuel, junto a su hijo, César, y dos giles más.
Al escapar fueron interceptados por los vigilantes Patricio Meza Durán (31) y Sergio Alegría Gaete (37), quienes recibieron una ráfaga de balazos. Murieron rumbo al hospital.
La Brigada de Homicidios detuvo a toda la pandilla, menos a Luis. En todo este tiempo el hombre tuvo que vivir de puros arriendos, pasar bien piolita y cuidar de no meterse en ningún otro condoro.
"Él se encontraba trabajando, pero no podía tener contrato indefinido para no ser identificado por la policía. Se mantuvo en la ilegalidad absoluta", contó el inspector Burgos.
El trabajo policial dio luces de su paradero. Vivía en una casa de la pobla Juan Pablo II, de El Bosque. Trabajaba como panadero de una amasandería de Macul. Lo pillaron con las manos en la masa.
Al ser detenido el hombre ni se inmutó. Como estaba procesado por la justicia antigua, sacó pasaje directo a la cana, junto a sus compadres de delito, donde pagará una condena de 15 años y un día por los delitos de robo con homicidio.