Por lo general, quienes gozan de lo lindo vistiéndose en privado con prendas femeninas son gallos con así unas trancas sexuales y lo suyo no alcanza para delito, salvo para ser encasillados como parafílicos, en la subclasificación de fetichistas... Pero el caso ocurrido a un chiguayantino, que cayó robando los colaless de una vecina, pasó del ámbito policial al judicial, para su desgracia.
Según conoció La Cuarta, el hecho con tintes que van de la risa a la pena, ocurrió la tarde del sábado pasado, cuando una vecina de calle Aníbal Pinto, iniciales C.A.M.V., sintió ruido en el patio de su casa. Dejó sus quehaceres y se asomó a mirar por una ventana y vio como uno de sus vecinos que arrendaba la propiedad de al lado forzaba la puerta del cuarto de lavado.
Espantada, llamó por teléfono a su marido, iniciales A.I.R.E., quien, más espantado aún, apretó cachete a palacio. Apenas lo vio, su patrona le dijo con susurros que el vecino de al lado se había metido a la mala al cuarto de lavado y que aún estaba allí.
El marido de la dama se armó de valor y se acercó piolita al lugar, donde cachó una escena freak para la risa: el vecino, un varón de aspecto decentito, vestía uno de los colaless de su señora esposa, de su wife amada, un colaless de esos coloridos que ella vestía para las ocasiones especiales en el ring de cuatro perillas. Mientras estaba calzado con la prenda íntima el vecino de marras se dedicaba a oler y sobajearse con otros calchunchos de la dama chiguayantina con bramidos de placer.
Eso enxuxó al límite a A.I.R.E., quien le cayó encima y tras unas cuantas llamadas a la parentela del intruso y un forcejeo, lo dejó así de chiquitito, o sea, lo redujo; mejor dicho, lo inmovilizó.
La señora C.A.M.V. llamó urgente a Carabineros de la subcomisaría, que al toque envió al lugar a dos motoristas, que se hicieron cargo del fetichista, que fue detenido por robo en lugar habitado y de quien se conocen las iniciales R.G.P., de 51 parafílicos años.
En el celu
Según pudo enterarse Carabineros, no sería primera vez que el detenido incursionaba en la casa de su vecina, ni que se calzara los colaless de la la patrona del lugar.
Según la evidencia de que se hicieron los dueños de la casa, los verdes vieron imágenes del celu del detenido, en las que figuraba con unos calchunchos que la dama reconoció como suyos y que habían desaparecido misteriosamente de su guardarropa.
En las imágenes del celu se apreció al cincuentón R.G.P. en plena actividad varonil de cortar leña ataviado con la ropa fenemina.
Ya detenido, el fetichista "se estableció que no tenía antecedentes criminales ni que había orden de detención sobre su persona, pero pasó a control de detención", señaló a La Cuarta el capitán Luis Ayala, subcomisario de Chiguayante.
Libró piola
El Juzgado de Garantía de Chiguayante propuso la suspensión condicional del procedimiento, a cambio de que R.G.P. abandonara el domicilio que arrendaba y, además, le impuso la condición de no acercarse a la víctima.
El detenido aceptó al toque la oferta y se fue a buscar otro domicilio y... otros colaless que probar.