Después de tantas malas que ha vivido Claudio Bravo últimamente, llegó a Chilito a puro llenarse de amorsh. Nada de condoros, de críticas o de ingleses odiándolo. Todo con tal de mostrar el mejor caracho ante los bife chorizos.
Llegó ayer a Chilito a primera hora de la mañana pa' irse cascando a Juan Pinto Durán. Ahí tenía programado participar en el entrenamiento matinal de la Roja, dirigido por Juan Antonio Pizzi. El arquero fue el último convocado en llegar a la concentración.
Pero alcanzó a estar solamente un ratito en el centro de operaciones de la Roja, porque posterior al entrenamiento salió rapidito en dirección al centro de Santiago City, más específicamente al Museo de Artes Visuales, donde recibió el "Premio Imagen de Chile", a manos del ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz.
El premio honró la imagen como embajador del país que tiene nuestro "capi" y su trayectoria futbolística.
"El premio tiene un valor increíble, porque no solamente premia lo que haces como futbolista, también lo que haces como persona. Lo tomo con orgullo", dijo Bravo, terrible chocho.
Agregó que "es bonito cuando logras cosas para el país como las dos Copa América o clasificar a dos Mundiales consecutivos. Deben dejar enseñanzas a los más pequeños".
Además, el premio cobra doble valor porque el ganador era elegido en una encuesta ciudadana en donde Bravo venció a sus compañeros en la Roja Arturo Vidal y Alexis Sánchez, sacando el 88% de los votos.
Con esto, Bravo se puso al nivel de otro capitán ilustre: Iván Luis Zamorano, quien ganó este premio en el año 2015.
Posterior al premio, y lleno de cariño por parte del público asistente, volvió rápidamente a la concentración, en donde entrenó en la tarde y se alistó para hoy partir rumbo a Buenos Aires.