Informe de la Conferencia Episcopal de Chile revela que en los últimos años las vocaciones sacerdotales bajaron un 40%. El fenómeno se replica en América Latina donde las personas que abandonaron los seminarios, en la última década, superan las 1.200.
Domingo 3 de marzo y el Seminario Pontificio de Santiago, en La Florida, está repleto. Entre la multitud, destacan siete jóvenes. Ni siquiera la compañía de sus familiares logra disimular el nervio que siente cada uno en su "primer día de un largo camino junto a Cristo".
Los futuros sacerdotes pueden ser considerados un triunfo del seminario, ya que respondieron a un llamado divino que hoy representa una cantidad muy inferior a la que históricamente convocó la Iglesia Católica en sus órdenes sacerdotales.
De acuerdo al informe publicado por la Conferencia Episcopal de Chile, en su edición de 2018, el porcentaje de candidatos a sacerdote ha bajado un 40% en los últimos 17 años.
"La crisis sostenida de los candidatos (a curas) no es un fenómeno solo de Chile y se debe a varias cosas. Los jóvenes de hoy están empoderados, no quieren ser normados. Tienen acceso a la información, investigan y tienen muy claro lo que pasa al interior de la Iglesia Católica", comenta Marcial Sánchez, historiador y experto en temas de la Iglesia Católica.
Desde el interior de la Iglesia atribuyen este bajo interés por el sacerdocio a la crisis moral que vive la curia y las constantes acusaciones de abuso sexual que se han revelado en los últimos años.
"Los millennials, que puede ser la generación que por estas fechas ingresaría al seminario, tienen la característica de enfrentar los problemas apenas se presentan, de no guardarse nada, ni ocultar los hechos, lo que es opuesto a lo que se ve en la iglesia por estos días", sostiene Sánchez.
De acuerdo al informe, el número de candidatos a sacerdotes en el 2001 era de 847 personas, cifra que disminuyó a 525 en 2016.
La cantidad muestra un descenso más significativo cuando se trata de estudiantes de enseñanza media que quieren seguir un camino ligado a la Iglesia. En ese caso, los jóvenes de colegios no católico que querían ser sacerdotes en 2001 eran 80. En el último año la cifra alcanza a 21.
En el caso de los colegios ligados a la Iglesia, que cuentan con pastorales sacerdotales, la cifra de vocaciones también disminuyó. En 2001 los adolescentes que ingresaron al Seminario eran 87, mientras que en el último año fueronsolo 21.
Francisco Javier Manterola, párroco de la comunidad San Vicente de Paul de La Florida, ve con preocupación la baja de las voluntades en la Iglesia. Recuerda que cuando ingresó al Seminario Pontificio su generación la integraban 30 personas. Hoy mira con inquietud el descenso, ya que solo siete hombre decidieron consagrarse.
"Es evidente que las acusaciones de abuso en la Iglesia deben haber impactado en esta baja considerable y debemos hacernos cargo. No tenemos el mismo lenguaje con los jóvenes y hay una dificultad para hacer llegar el mensaje. Ellos esperan llegar a una casa ordenada y a un ámbiente sano, lo que lamentablemente no está sucediendo", reflexiona el sacerdote, quien asegura que de esta crisis la Iglesia debe salir fortalecida, pero con la verdad por delante en los casos de abusos sexuales.
"Tengo alivio en que estos casos salgan a la luz y espero que mejore, que estemos llegando al fondo de la olla con los abusos. Hay que ser valiente para decidir ser sacerdote en estos tiempos, los cuestionamientos son constantes", asegura Manterola.
Latinos lideran baja de "vocaciones"
La crisis en los seminarios no es un fenómeno que solo vive la Iglesia Chilena, ya que es una tendencia en el mundo entero.
El Anuario Estadístico de la Iglesia, publicado por el Vaticano, confirma la crisis. Los números aseguran que las voluntades en la última década han bajado en 2.735, situando por continente: África (-69), América (-1299), Asia (-871), Europa (-581) y Oceanía (-5).
"La curia ha dañado la imagen de los sacerdotes, de aquellos que hacen sus trabajo bien en las parroquias con los fieles y que al final son los que están destinados a encontrar vocaciones. Esos son los únicos curas pueden salvar a la Iglesia", reflexiona Marcial Sánchez, experto en temas religiosos.