El dibujante Fernando Silva creó bajoneadas imágenes de Condorito, Mafalda y Tribilín, entre otros desdichados seres de ficción.
La formación académica de Fernando Silva de la Cruz le otorgó una cartón que dice cineasta, pero desde que dejó de usar pañales que se dedica a la ilustración. Su mayor pasión.
El chiquillo de 24 años hace unos meses terminó de darle forma a una colección inspirada en famosos personajes que tituló "Mi Propia Decadencia".
"Se trata de una parodia, pero también de un homenaje a algunos de mis amados personajes de la infancia. Algunos de ellos son conocidos mundialmente, otros son íconos locales de Chile y América Latina", explicó.
"La idea de retratarlos en un estado más dramático, triste o decadente va asociado a que esos personajes son parte del inventario universal, pero al mismo tiempo son del pasado y muchos de ellos ya no son tan populares en la infancia de los niños de hoy".
Fernando se puso a pensar y se imaginó "qué pasaría con ellos cuando empiezan a quedar en el olvido, ¿ah?". Los pobres monos de antes están achacados porque los niños del presente ya no los pescan y caen en el copete y estados depresivos.
El resultado son bajoneadas imágenes inspiradas en Condorito, Mafalda, Tribilín, Batman, Homero Simpson y el Mickey Mouse, entre otros desdichados seres de ficción.
Uno de sus trabajos más cuáticos ubica a un pato muy parecido a Donald en un café con piernas chileno.
"Como es un marinero, me lo imaginé solitario, como esos tipos que llegan a los puertos y van a lugares así", contó.
En el tugurio, el pato famoso anda a poto pelado (pero con chaqueta) y está frente a una mujer con mejores piernas y peores costumbres que la pata Daisy.
"Ilustré a un tipo obsesionado, sin ni uno, frente a esta mina toda apoteósica, casi como si fuera un amor obsesivo. El pato está empequeñecido ante sus piernas", explicó.
El sueño de Fernando es que su obra sea conocida en todo el mundo, por eso la subió a fernandeichon.deviantart.com donde es visitada por navegantes de los cinco continentes que comparten su gusto por el dibujo.
Fernando también participó de la película Mirageman. Ahí el forzudo Marko Zaror se convierte en un superhéroe que también debe luchar contra una enfermedad que aísla a su hermano chico. El cabro sólo se comunica a través de unos dibujos; unas bacanes ilustraciones que en realidad hizo el autor de "Mi propia decadencia".
