Sergio Moreno no es ministro ni subsecretario de la Presidenta Michelle Bachelet y sus beneficios no forman parte de ningún programa de gobierno. Simplemente es un buen samaritano que decidió tapar su colectivo con mensajes donde le hace todo tipo de singulares descuentos a sus pasajeros.
Tal como lo lee, ya que don Checho, que choferea en la ciudad de Iquique, creó un ingenioso y llamativo sistema donde ofrece rebajar la tarifa a pingüinos que tengan buenas notas, llevar gratis a quien le cuente un buen chiste o incluso hacer lo mismo con quien arroje 41 sumando los números de su carné.
"La idea de hacer letreros con descuentos nació hace 18 años después de darme cuenta que siempre ha existido una barrera natural entre el conductor y el pasajero, ya sea por cansancio de uno o enojo del otro, así que craneé una fórmula para que la gente desviara su atención, pero se viera algo forzada a entablar un diálogo", cuenta el hombrón.
De esta manera nació su primer letrero que señala que “todo pasajero mayor de 75 años viaja gratis”.
- ¿Cómo fue la reacción del primer beneficiado?
- Me dijo de inmediato: ¿cuándo salió la ley? No lo podía creer, pero así nació la primera ley Mc Morens, que era mi chapa que utilizaba en los tiempos en que pertenecí al Ejército de Chile.
PRENDIÓ LA COSA
Y claro, como la gente se reía y ahorraba sus pesitos, empezó a ayudarlo a crear más carteles: "De ahí vino uno que decía que todo niño de primero a quinto básico que muestre una prueba de la semana con nota 7, viaja gratis, hasta armar un montón con descuentos para voluntarios de Bomberos o la Cruz Roja".
Pero sus paleteás no terminan ahí, ya que una vez hasta le terminó pasando monedas a un universitario para que tomara desayuno. Y este, con la guatita llena, fue a la radio para agradecerle, tal como otros turistas que le han enviado postales de Francia y Australia.
- Gana amigos y admiradores, pero se va para atrás con tanto beneficio...
- Jajajá. En Arica me parece que hay uno que hace algo parecido pero acá no, acá me gané pura bronca y malos ratos, pues me encaraban y me decían que estaba loco bajando las tarifas. Incluso el Ministerio de Transportes me sacó varias veces los letreros porque estaban prohibidos.
-Pero usted no paró…
- Fíjate que sacando cuentas son como tres o cinco lucas que estoy dándole a la ciudad, pero por otro lado, también me ayudó, ya que los pasajeros me empezaron a buscar para servicios especiales.