Es difícil, pero no imposible, imaginarse a una modeloca dejando la pasarela y convirtiendose en una deportista. Y más complicado si ese deportes es nada menos que el boxeo. Pero créalo o no, aún existen milagros en el planeta.
Mónica Solano, una ricarda colombiana de 29 años, dejaba la mansaca por cada lugar que dejaba mostrar sus dotes. Con unas medidas de 98, 65 y 105, lo único que sacaba eran aplausos y halagos por su belleza. Y ahora saca aplausos y halagos por los combos que reparte a cuanta rival se le pone en frente.
NACIMIENTO DE SU HIJO FUE LA EXCUSA
Cuando quedó embarazada de su hijito Jesús, los kilitos de más se hicieron notar de una. Por ello, Solano se metió a un club de boxeo y empezó a entrenar al más puro estilo "Rocky".
Cuando llegó el momento de subirse de manera profesional al ring en Alemania, según relata la nota de El Heraldo, la barra bávara la miraba como "ayyy, pobrecita". Sin embargo, frente a la serbia Sara Marjanovic se sacó el prejuicio de modelo y la molió a combos en el "hoci". Tan así que, en el último round el árbitro decretó el triunfo unánime de Mónica.
"Todos los presentes se quedaron en shock", recordó la lindura. Y ya como toda una deportista profesional aclaró que lo único que quiere hacer es dedicarse al boxeo toda su laif. "Yo me enamoré del boxeo porque es un deporte que exige demasiada resistencia y disciplina. ¿Y mi cara? Yo me cubro muy bien, trato de no bajar la guardia y camino mucho en el ring. Es difícil que me puedan golpear", tiró canchera.