Columna: El futuro no es Uber

Si la discusión antes pasaba por defender el servicio digital, la verdad es que a varios se les pasó la mano con nuestros necesarios taxistas, entregándole apoyo desmedido a la marca americana. Pero hoy la relación entre usuarios y UBER evoluciona del amor al odio. ¿La razón? la famosa tarifa dinámica, que de nueva no tiene nada, ha provocado que jóvenes y adultos estén con los nervios de punta.

La tarifa dinámica, que en otras partes del mundo ha llegado a 9,0 como ocurrió en México, por ejemplo, nos hace pensar si el verdadero objetivo de UBER es entregar un buen servicio o solamente ganar dinero y así hacer crecer su marca.

Hoy UBER tiene un valor igual o superior a grandes estampas de automóviles, como lo son Ford o Chevrolet, entre otras. En ese sentido, es importante decir que acá no existe ingenuidad. Tomando las demandas de los taxistas, quienes se sienten genuinamente amenazados, me gustaría entregarles a ellos algunos consejos que, probablemente, resultarán mejor que salir a reclamar a la calle.

Cada vez que UBER llega a un país su primer objetivo es hacer polémica. Los taxistas no deberían darle tanta importancia a UBER, ya que así le entregan en bandeja la parte de publicidad. Lo segundo, tiene relación con la oportunidad única que tienen los taxistas. Ahora es el momento, debido al enojo que existe por las tarifas dinámicas, que los profesionales de la conducción aprovechen de mejorar su sistema implementando un mejor servicio, un mejor manejo, además, de ofertas en sus tarifas para hacer más atractivo su oficio.

Por último, si eres taxista y estás pensando trabajar en UBER puede ser que no sea una mala idea, pero ten presente que UBER pronto reemplazará a sus choferes, porque su proyecto final es implementar autos que se conducirán solos. En otras palabras, UBER no es ni será el trabajo de la clase media del futuro, y ellos lo tienen claro.

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