Conversando con colegas que nos dedicamos a la recuperación de la sonrisa por medio de implantes dentales, existe un tema tabú que nos relatan nuestros pacientes al momento de consultar.
Ellos dicen que su vida sexual se ha visto interrumpida, disminuida o mutilada por causa de la pérdida de sus dientes o la mala salud bucal. Por el contrario, cuando vuelve a recuperar su sonrisa, su dignidad y autoestima, su vida sexual florece y rejuvenece.
La Declaración de los Derechos Sexuales, emitida en el XIII Congreso Mundial de Sexología, celebrado el año 1997 en Valencia, España, estable en su punto 6 lo siguiente: "El derecho a la expresión sexual emocional. La expresión sexual va más allá del placer erótico o los actos sexuales.
Todo individuo tiene derecho a expresar su sexualidad a través de la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor". Una de las funciones de la boca es fonética, es decir, hablar, comunicar, expresarse. Por otro lado, el beso y, en especial, en la boca, es la forma sensual que utilizan dos personas para reflejar sentimientos de amor y afecto, siendo la fase erótica-afectiva del preámbulo al acto sexual.
En mi opinión, en la sexualidad humana intervienen principalmente, entre otros, tres órganos: el cerebro, donde está alojado la libido y el deseo; la boca, con la cual se establece la primera comunicación y el beso; y por último, los órganos genitales.
Afortunadamente, desde el año 97 se han promovido los derechos sexuales, junto con ello es importante recuperar y promover la salud bucal, como parte fundamental de la salud sexual y general del ser humano.
Para que muchos pacientes vuelvan a besar a su pareja, a recuperar una vida sexual mutilada por la pérdida de su sonrisa. La salud bucal es inherente a la salud general y su importancia de promoverla, cuidarla y promocionarla es parte de los derechos sexuales y humanos.
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