Columna de Scarleth Cárdenas: El "chorito" de la sala

... Pero porque tiene fuero. Cuando le preguntaron al diputado (UDI) Ignacio Urrutia si reafirmaba sus dichos en contra de las personas que sufrieron los abusos y torturas de la dictadura, guardó silencio. ¿Habrá que acostumbrarse a la falta de respeto y la cobardía? No. Su propio Gobierno lo tildó de cruel y descriteriado.

Recordé el primer mandato de Sebastián Piñera. En aquellos años, Cecilia Pérez fue objeto de algunas amenazas por las redes sociales y respondió: "Esos son los choritos de Twitter". Hoy tenemos un "chorito en la sala". Esta semana asistimos a "otra más" de un parlamentario por El Maule que siempre encuentra la fórmula de superarse a sí mismo. Y no ha de ser fácil, Ignacio Urrutia.

El 2012, calificó de "cobarde" a Salvador Allende porque se suicidó. El 2016 mandó "al infierno" a quienes apoyaron la despenalización del aborto en 3 casos específicos.

Y para que no se diga que además de insultar, discrimina, hubo una vez en que disparó para su mismo lado: el 2013 lanzó la frase "Chadwick vale callampa" para referirse el ministro del Interior. A Urrutia "se le soltó la cadena" cuando se enteró de que -a 40 años del golpe militar- Andrés Chadwick había hecho una especie de "mea culpa" y reconocía que todos pudieron hacer más por defender los Derechos Humanos.

Indigno

Y hablando de derechos, Ignacio Urrutia conoce bien los suyos: Sabe que puede insultar a mansalva en la sala de la Cámara de Diputados porque lo protege el fuero parlamentario. Más allá de esas paredes, elige el silencio y se victimiza.

Contó que aquel jueves abandonó el hemiciclo "adolorido" por los empujones de la Pamela Jiles. Una diputada que no entiende que no la eligieron para eso. "¡Te espero afuera #$&%&!" le gritó. Y le respondieron: "¡Esto no es un reality!".

En otros lugares del planeta, un hombre que trata de héroes a quienes mataron o torturaron chilenos, probablemente estaría preso. En Alemania, por ejemplo.

Tanta falta de respeto le costaría bastante más caro que el 15% de su sueldo... si es que la Comisión de Ética decide ponerlo en su lugar. Y aún así, lo más seguro es que -a estas alturas- no aprenderá de respeto.

¿En serio? ¿Para eso agrandamos el Congreso? Yo pago mis impuestos y seguramente usted también, porque si no... Sí que le caen encima las peores penas del infierno. Pero indigna saber que de mi bolsillo salen ciertos sueldos.

Yo espero más de todos ellos. Estuve en el Congreso esta semana, recorrí sus pasillos, holí la "cocina" de algunos acuerdos y proyectos. Todo se negocia y las verdades incómodas se callan, pero yo no quiero más de eso. Lo digo con indignación: En serio, espero más de todos ellos y -ojo- no está mal el que pide respeto.

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