Combaten la "depre" con hongos mágicos

Doctor inglés presentó en Valparaíso un tratamiento basado en drogas alucinógenas para superar esta enfermedad y otras afecciones psicológicas.

Una innovadora manera de tratar a los pacientes con depresión severa fue presentada en estos días en Valparaíso, en el marco de la Escuela de Verano Laconeu 2019. Se trata de una acabada investigación del especialista londinense Robin Carhart-Harris, quien está trabajando con hongos alucinógenos en sus tratamientos y terapias.

Según ha descubierto el psicólogo y neurocientífico del Imperial College de Londres, las drogas psicodélicas -en especial la psilocibina, un alcaloide presente en hongos alucinógenos-, se están convirtiendo en un nuevo blanco terapéutico para tratar la depresión severa, ya que logran generar un mayor acceso a sus emociones.

"Mi interés por esta área proviene del estudio del psicoanálisis y la apreciación de lo profundo que es la mente humana", apunta el especialista sobre sus motivaciones.

En palabras del británico, "el uso de drogas psicodélicas, como la psilocibina, el LSD o la ayahuasca, posibilita ingresar a esos estados inconscientes de la mente. Estas sustancias tienen un potencial terapéutico muy importante, pues actúan sobre el sistema de serotonina -que regula las emociones y la sensación de bienestar y felicidad- y además funcionan de manera holística, tanto en la mente como en el cerebro", puntualiza.

Carhart-Harris lleva nueve años trabajando en este revolucionario proyecto, focalizando su investigación en las propiedades benéficas de la psilocibina, la sustancia responsable de generar alucinaciones.

En este tránsito, el doctor ha tenido resultados alentadores en pacientes con depresión severa, resistentes a tratamientos, que no sólo se basan en el consumo de drogas alucinógenas, sino que se acompañan también de música especial y un proceso de guía antes, durante y después de la toma de esta sustancia.

En su última aplicación del tratamiento, que fue presentada en la revista Nature, a los pacientes se les suministraron 25 mg. de psilocibina, y se les realizó un test que permite diagnosticar la depresión. Este examen se realizó de manera previa a la ingesta y también al día siguiente y a las cinco semanas. Robin y su equipo de científicos encontraron que los valores de depresión expresados en el test disminuyeron en los pacientes tratados con la sustancia.

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