Empanadas, pan amasado, pebre y el asado familiar son parte de las costumbres que tenemos y que nos caracterizan....
Empanadas, pan amasado, pebre y el asado familiar son parte de las costumbres que tenemos y que nos caracterizan. Para festejar este nuevo aniversario patrio, las calles, autos, colegios, oficinas y casas se cubrirán de banderas chilenas y escarapelas tricolor. Las familias concurrirán a las fondas y bailarán cueca. Los niños jugarán con remolinos y volantines y los adultos se acordarán del trompo y la rayuela.
En este último especial de Icarito, que se publicará este miércoles 12, te invitamos a conocer el origen de las fondas, uno de los sellos distintivos de nuestras celebraciones nacionales. Estos establecimientos ocasionales, desde sus inicios han expresado una identidad de raigambre campesina que gira alrededor de la comida, el baile y la alegría. Del quechua chincana, que quiere decir escondrijo, la chingana, también conocida como ramadas o fondas, fue el principal espacio de desarrollo de la cueca en el valle central de Chile y uno de los más importantes lugares de sociabilidad durante el siglo XIX.
Así como las ramadas son parte de nuestras tradiciones, los juegos tradicionales son los protagonistas: objetos simples como un trompo, un emboque, una cuerda, bolitas o volantines son para entretenerse y probar tus habilidades. O participan de competencias como las carreras de ensacados o de tres pies, la gimcana, la rayuela o las tradicionales, y más comunes en las zonas rurales, como son el palo ensebado y la persecución del chancho. No importa cuál juego se escoja, pero para que la celebración dieciochera sea completa no puede faltar, al menos, una de estas pruebas.
Y si no sabes bailar la cueca preparamos un paso a paso para que no te pierdas un baile. La danza se realiza sobre un círculo imaginario, en que la mitad es para el hombre y la otra mitad para la mujer. Comienza con un paseo (que se realiza mientras la música deja escuchar la entrada instrumental) en que el hombre invita a la mujer, ofreciéndole un brazo; luego las parejas quedan situadas frente a frente a una distancia de tres metros y antes de que se inicie el canto, pueden batir las palmas siguiendo el ritmo de la música.