Si tiene más de 30 años se acordará que en 1987 medio Chile se lo pasaba entonando todo el día: ¡mensajero de la viiida! ¡Peregrino de la paaaz...! para darle la bienvenida a Juan Pablo II.
La visita del Sumo Pontífice fue un hito que ayer cumplió 25 años y que recordaron algunos de sus protagonistas, entre ellos el carabinero encargado de conducir el Papamóvil.
El entonces cabo primero Manuel Bau postuló junto a otros 300 uniformados verdes para manejar el vehículo blindado que le daba seguridad al Papa, luego del atentado que sufrió en la Plaza de San Pedro por parte del turco Ali Agca en 1981.
Para el carabinero en retiro, de 64 años, la misión que cumplió con éxito fue lo más bacán de una carrera en la que trasladó a 14 presidentes y una Miss Universo.
Manuel, que ahora administra el balneario El Edén en Rancagua, desempolvó algunas anécdotas, como cuando algunos periodistas y muchos copuchentos pensaron que era polaco.
"Como era rubiecito y tenía los ojos azules deben haber creído que venía con la comitiva del Papa y me hablaban en inglés, pero nada que ver. Incluso me contaron que en una radio organizó un concurso para saber cuál era mi nacionalidad", recordó.
El conductor, que ahora sólo maneja su Subaru Legacy para ir al supermercado y a la feria, recordó que recibió una intensa preparación del GOPE y realizó tantas veces el trayecto que trajo al Papa desde el aeropuerto que lo habría podido recorrer con los ojos cerrados.
"Yo estaba esperando que aterrizara el Papa. Estaba tranquilo, pero a cada rato venía alguien a darme calma, lo que al final me ponía más nervioso", contó.
Un percance lo sufrió durante el acto en el Parque O'Higgins. Recordó que cuando se armó el boche apretó el acelerador para sacar al Papa. "Lo que pocos saben es que la comitiva que iba tras el Papamóvil en los diversos recorridos terminó con todos los vidrios rotos", contó.
- ¿En caso de atentado tenían un plan de emergencia?
- Lógico, varias alternativas de lugares y hospitales donde ir en caso de un hecho grave.
- ¿El Papa entonces se veía un hombre joven?
- Sí, físicamente muy bien. Se levantaba a las 6.30 y nosotros lo dejábamos tipo 10 de la noche. Era deportista.
- ¿Ahora le reza al Papa?
- Sí, por supuesto. Para nosotros fue un golpe muy fuerte cuando falleció, y para a todo Chile.
- ¿Qué fue lo más difícil de su pega?
- Fue una responsabilidad muy grande. El operativo más grande que ha hecho Carabineros.
- Si era rubiecito de ojos azules, ¿cómo le iba con las mujeres?
- No, tengo aguante. Soy casado hace 41 años con la misma.
- ¡Pero antes de casarse!
- Ah, bien, siempre.
SUS RUEDAS SON A PRUEBA DE BALAS
El Papamóvil es exhibido temporalmente en La Moneda para celebrar los 25 años de la visita de Juan Pablo II. El resto del tiempo el vehículo permanece en el museo de Carabineros.
La reliquia con ruedas fue donada por los alemanes de Mercedes Benz y equipado por la empresa chilena Metalpar.
El vehículo es completamente blindado y sus neumáticos no llevan aire, sino espuma y son, por ende, imposibles de pinchar.
En servicio nunca superó los 30 kilómetros por hora y
durante los seis días de la visita la seguridad de Wojtila estuvo a cargo de Carabineros, que dispuso 15 mil hombres para eso.