El próximo martes 18 se cumplirán cinco años de la Tragedia de Antuco, en la cual 44 conscriptos, junto con el suboficial Luis Monares Castillo, encontraron la muerte debido a que se les ordenó marchar con pésimas condiciones metereológicas y sin el equipamiento adecuado.
En septiembre de 2005, Angélica Monares, hermana del suboficial Monares, junto a las familias de los "peladitos", se unieron y formaron la Agrupación de los Familiares de las Víctimas de Antuco, con la cual están dando la pelea en todos los frentes, para que tamaña desgracia sea recordada por siempre.
"Cuando mi hermano murió, mi madre tenía 71 años y le era imposible tomar la batuta de la organización. Mi cuñada quedó con una depresión feroz... Así que fui yo quien decidió tomar las riendas y rescatar la memoria de mi hermano, además de luchar para que todos los responsables paguen por el tremendo daño que nos hicieron", dice Angélica.
- ¿Crees que no han pagado todos los responsables?
- Sólo uno de ellos está en la cárcel, el ex mayor Patricio Cereceda. El año pasado lo fuimos a ver a la cárcel, y me dio una pena infinita verlo solo, porque sentí que lo usaron como chivo expiatorio.
- ¿Cómo fue esa visita?
- Muy triste. Cuando me vio, me dijo: "Quiero que le digas a tu mamá que le pido perdón por lo que pasó con tu hermano".
- ¡Qué fuerte!
- Ha sido el único. En los funerales, en los actos conmemorativos, los generales se llenan la boca diciendo que lamentan la pérdida de los hombres, y a mí me da una gran rabia. Porque ellos perdieron hombres, pero nosotros nos quedamos sin hermanos, padres, hijos, esposos. ¿Cómo pueden decir que su dolor es igual al nuestro, cómo tienen la cara para decirnos eso? Siendo que los jóvenes que marcharon iban con un uniforme común y corriente, no con uno adecuado para ese frío.
- Ahí hubo negligencia.
- ¡Pero, por supuesto! A mi hermano lo encontraron sin su parka, porque se la pasó a uno de los conscriptos, y con zapatillas. ¡Cómo pretendían que marchara en esas condiciones! Y aun así, se esforzó para ayudar a los jóvenes que iban marchando.
- Por eso, lo ensalzaron como el héroe de la tragedia.
- Los medios como La Cuarta lo hicieron, porque el Ejército nunca ha reconocido que lo que hizo mi hermano fue algo heroico.
- ¿No?
- No. Y no lo hacen porque les da vergüenza, porque esos jóvenes no deberían haberse muerto. Les da vergüenza porque ningún alto mando dio la cara y aún no pagan por nuestro dolor.
- En ese tiempo Ravinet era ministro de Defensa...
- Sí, y no comprendo cómo el Presidente Piñera pudo poner de nuevo en ese cargo a uno de los responsables de esta masacre. Esperamos que este año, cuando hagamos el acto conmemorativo, se atreva a dar la cara. Él debe enfrentar nuestras preguntas y responderlas.
- Con tanto dolor y rabia, ¿de dónde saca la fuerza para esta lucha?
- La verdad, no lo sé. Pero creo que es porque cuando eres madre, cuando tocan a alguien de tu sangre, sientes una energía impresionante y luchas de forma incansable.
- Y la familia, ¿cómo está después de cinco años?
- Mi mamá quedó destrozada, ha sufrido dos accidentes cardiovasculares, se le declaró la epilepsia, y mi cuñada, pa' qué decir..., quedó muy deprimida por la muerte de mi hermano y sus hijos resienten eso.
- Qué terrible...
Todo ese dolor, es el que me da fuerzas. Mi hermano debe pasar a la historia como un héroe y no una víctima. Él no tenía por qué estar ahí, pero lo hizo sintiendo que era su deber.