“Cuando almorzábamos se ponía a leer la biblia, (decía) que nos portemos bien entre todos”, aseguró el hombre.
Una impactante confesión remece a la comuna de Osorno, en la Región de Los Lagos. Se trata del crimen revelado por un hombre, 24 años después.
De acuerdo a los antecedentes, el hecho quedó al descubierto tras la denuncia de una mujer, quien aseguró que su padre (de 65 años) le habría reconocido su autoría en el asesinato de su cónyuge.
Producto de lo anterior, funcionarios de la PDI concurrieron hasta el lugar señalado, las caballerizas de un club deportivo, descubriendo las osamentas y vestimentas que pertenecerían a la mujer desaparecida.
Tras realizar diversas diligencias investigativas, detectives establecieron la veracidad de los antecedentes, cuya víctima se trataría de una mujer adulta, quien habría desaparecido en 1998 tras haber sido ocultado el cuerpo en dicho sector rural, lugar donde el presunto autor del delito se desempeñaba como empleado.
Habla colega
Williams Aravena, compañero de trabajo del presunto asesino, reconoció que “nunca pensamos lo que esta persona hizo acá, siempre nos decía que la señora se iba para otro lado, se iba para Temuco, para Puerto Montt. Ayer supimos que la tenía enterrada acá”.
En diálogo con 24 Horas, el hombre recordó que su ex colega “andaba con la biblia debajo del brazo, cuando almorzábamos se ponía a leer la biblia, (decía) que nos portemos bien entre todos, pero el sentimiento que tenía él era por fuera”.
“Siempre andaba con mentiras. Les decía que su mamá se fue para otro lado y con la mentira él se ganaba a sus hijos”, concluyó.