La millonaria emprendedora estafó a varios inversores vendiéndoles una nueva tecnología que realmente nunca funcionó.
La magnate Elizabeth Holmes, considerada la “nueva Steve Jobs”, fue condenada a 11 años en prisión por haber convertido su empresa de análisis de sangre Theranos, en una compañía de nueve mil millones de dólares, a costa de un fraude.
La sentencia llegó este viernes 18 de noviembre y fue dictada por el juez de distrito Edward Dávila en San José, California.
Cabe recordar que los fiscales pedían 15 años, mientras que sus abogados querían arresto domiciliario o 18 meses de prisión como máximo.
Con esta sentencia, se pone fin a uno de los escándalos más bullados de Silicon Valley. Uno que ha inspirado incluso libros, documentales, podcasts y películas.
“Intenté realizar mi sueño demasiado rápido”
La historia de éxito y caída de la mujer de 38 años que deberá pasar su embarazo en prisión, comenzó cuando abandonó la Universidad de Stanford y se convirtió en una empresaria célebre.
Antes de conocer la sentencia, pidió disculpas a las víctimas entre lágrimas. “Estoy devastada por mis fallos. Mirando hacia atrás hay muchas cosas que haría de forma diferente si tuviera la oportunidad. Intenté realizar mi sueño demasiado rápido”, dijo.
Holmes fue condenada por cuatro cargos de fraude electrónico y conspiración luego de que se probara que ella sabía que los dispositivos de análisis de sangre que presentaba a los inversores no funcionaban realmente.
Además, la culpable deberá indemnizar por 800 millones de dólares a los inversores. Y mientras sus abogados dijeron que no tiene “ningún activo”, un informe demostró que sí tiene “modestos activos” que superan los 450 mil millones de dólares.