El conejito de Pascua se metió en la cueva

De incógnito llegaron este año los tradicionales conejitos de chocolate para celebrar la Pascua de Resurrección, pues como siempre en esta fecha son el producto estrella en las góndolas de los súper, pero por estos días no hay ni una oreja a la vista. Están dentro de bolsas o tapados con un papelito.

¿Por qué? Todo se debe a la Ley de Etiquetado, norma que echa al agua a los alimentos altos en azúcar, grasas saturadas, sodio y calorías y que fue lanzada el 26 de junio del 2016.

La idea es que la gallada mantenga a raya los michelines, pues según las últimas cifras de la OMS estamos a la cabeza de la tabla de los países con más obesidad en este planeta y sus alrededores.

Uno de los grupos más vulnerables son los peques de nuestro terruño, por eso esta norma chantó la publicidad dirigida a menores y que promocionan productos que se han ganado uno de los sellos por ser altos en uno de los cuatro elementos.

El Ministerio de Salud aclara que quedan prohibidos los anuncios que "emplean personajes y figuras infantiles, animaciones, dibujos animados, juguetes, música infantil, o si se muestra personas o animales que atraigan el interés de menores de 14 años".

La jefa del Departamento de Nutrición de Alimentos del Ministerio de Salud, Lorena Rodríguez, explicó a La Cuarta que "no es que prohibamos específicamente lo que se vende en estas fechas, sino que es una regulación general que cae fuerte en fechas como Halloween, Navidad o Pascua de Resurrección, donde hay un montón de publicidad dirigida a niños para atraerlos a productos que son alto en todo".

Además, agregó que "el objetivo principal es proteger la salud de los niños, pero también esta ley tiene como objetivo entregar información, porque los niños rápidamente reconocen que el sello les está advirtiendo de algo que no es muy positivo".

LA BARRA OPINA

"La verdad no me había dado cuenta. No sé si el hecho de que censuren la publicidad afectará mucho. Los cabros no vieron al conejo e igual no más me pidieron que les comprara", soltó Julio Ramírez (48) mientras paseaba con sus mellis por el súper.

Una que no está ni ahí con la nueva ley es Sandra González (60), una nonita que no se aburre de regalonear a sus nietos. "Con o sin publicidad, igual voy a comprar. Una vez al año que mis nietos coman chocolate no les hará mal, para qué exageran tanto", remachó.

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