El "Conejo" se pegó el salto y ahora vende mote con huesillo

Luis Martínez, quien en 2016 perdió la "fortuna del maní", regresó al país tras cuatro años juntando 100 dólares diarios en Nueva York.

Con la clara convicción de vivir con sus tres hijos en Chile. Y para siempre. Luis Martínez, el famoso "Conejo" manicero, regresó al país tras cuatro años en Estados Unidos paseando caballos para levantarse de una crisis económica.

Y esta vez no llegó con el rabo entre las piernas como en 2016, cuando perdió los carritos maniceros que lo convirtieron en uno de los chilenos más famosos de la Gran Manzana.

A sus 59 años sabe bien que debe dejarle un futuro a su descendencia. Y por eso ahorró 100 dólares diarios durante los años que vivió en el extranjero y retornó con el capital y la experiencia suficiente para activar su negocio del fruto seco. Claro que su clásico "Nuts 4 Nuts", que llegó a marcar presencia en 25 esquinas de la ciudad gringa, ahora se llama "Nuts by Conejo".

Inversión

Como buen emprendedor sabe que hay que diversificar los negocios. Y tras pensar y pensar en qué invertir, se le prendió la ampolleta: incursionar en la bebida popular de los chilenos.

Y mal no le ha ido. No ha pasado ni un mes y ya tiene tres carritos refrescando algunas esquinas de la capital con vasos a luca de mote con huesillo. Martínez aseguró que "uno tiene que ofrecer lo que conoce, el chileno toma el mote desde potrillo. Lo que hago es llevar esto a donde no hay (en Las Condes)".

Sin embargo, no deja de pensar en nuevas oportunidades de negocio, pues ya tiene en mente crear el primer "house track", que consiste en una serie de carritos de completos, mote con huesillos, maní confitado, entre otros alimentos, en su propia casa en Las Condes. La idea es que la gente pueda hacer una parada y pasar a comer.

La fórmula

Así como una vez a él le enseñaron el negoció del maní, Martínez pretende devolver la mano entregando datos a otros chilenos que quieran irse a EE.UU.

"Conozco todas las picadas para empezar de cero allá. Uno puede trabajar paseando caballos, de manicero, en lo que quiera, pero todos los días se debe guardar 100 dólares. No hay que darse grandes lujos al principio; hay que trabajar duro para que mañana se pueda vivir de ese esfuerzo. Yo regresé para dar la cara por todos mis errores y salir adelante, quiero morir en Chile".

Así se hizo rico en la Gran Manzana

En los años 90 Martínez quedó desempleado tras trabajar en Banco Estado. Luego de darle vuelta a una arriesgada apuesta se fue a EE.UU.

Sin saber nada de inglés, conoció a Jorge González, un chileno en Nueva York que tenía un carro manicero. Con las ganancias que por día trabajado obtenía, compró un carro y comenzó su propio emprendimiento.

En el año 2000, Martínez llegó a tener 15 carros de maní y dio trabajo a 20 de sus mejores maniceros chilenos.

La bolsa del fruto la vendía a un dólar y así, pesito a pesito, se transformó en millonario. Luego se trajo el negocio a Chile, donde llegó a tener 200 carritos. Con los años comenzó a tener problemas con las patentes de los carros en Estados Unidos. No las podía pagar y tuvo que vender los que tenía en Chile.

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