Sus palabras fueron tomadas con desconfianza en el mundo indígena, puesto que en 200 años de vida independiente, ningún Gobierno ha sido capaz de extraer esa espina clavada en el corazón de la república, la cual se profundizó en los últimos meses por la huelga de hambre de 117 días que mantuvieron cuatro comuneros mapuches, acusados de quemar una iglesia evangélica en Padre de las Casas.
¿Culpables o inocentes? La justicia ha de dirimir. Pero la violencia en La Araucanía parece obedecer a reivindicaciones de carácter territorial y de autonomía.
En muchos rincones del país hay gente que se pregunta: ¿qué piden, exactamente? ¿cómo se originó? ¿cuánto tiempo llevan en ésto? y ¿quiénes son los responsables? sin hallar una respuesta satisfactoria. Por eso La Cuarta se adentró en el tema para responder las interrogantes de forma clara y directa.
Pacificación
De acuerdo a las pautas que entrega el Mineduc, sólo en 8° básico y en 2° medio a los estudiantes se les enseña pueblos originarios. En esos cursos poco se habla de tratados celebrados entre araucanos con el imperio español y el Estado de Chile.
"Se le hace hincapié a la mal llamada 'Pacificación de la Araucanía', que en realidad fue una guerra de invasión. Se destacan las cualidades del pueblo mapuche en pasado, por haber derrotado a los españoles, y no como un presente", explicó Lautaro Cayupán, profesor de historia y mapudungún del Instituto Nacional.
El educador agregó que "es muy poco lo que se habla de los tratados que el Estado de Chile rompió con los mapuche".
La ocupación por parte del Ejército de Chile a La Araucanía, entre 1861-1883, representa la piedra angular del conflicto para quienes habitaban del Bío-Bío al sur, pues la derrota en esa guerra perpetuó la gran pérdida de su territorio. "Se calcula que fueron más de 10 millones de hectáreas", señaló el historiador.
De acuerdo al informe de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato, al concluir la intervención militar, se otorgaron a los mapuches 2.918 Títulos de Merced (certificado de dominio), entre las regiones VIII, IX y X, con una superficie total de 510.386,67 hectáreas. Estos, sin embargo, los fueron perdiendo por diversas razones (ver recuadro).
Durante el régimen militar, Augusto Pinochet liquidó los Títulos de Merced por Títulos de Propiedad Privada. Esto significó el fin para varias comunidades que habían sobrevivido a la ocupación de La Araucanía. Muchas de esas tierras pasaron al Estado, que posteriormente vendió a privados que se instalaron con forestales, lo que modificó el ecosistema del Wallmapu (territorio que históricamente han habitado).
Democracia
Tras el retorno de la democracia, la falta de respuesta por parte del Estado frente a las demandas realizadas para mitigar los efectos de las empresas forestales, mineras e hidroeléctricas en La Araucanía, motivó la aparición de la Coordinadora Arauco Malleco, organización que radicalizó las reivindicaciones del pueblo mapuche.
"No había agua en las casas, bordeaban predios forestales que consumían las napas subterráneas. Venía un camión aljibe una o dos veces por semana y llenaba unos tambores de agua para el ganado, las personas y las aves. Esto se venía denunciando al municipio, a la gobernación y a la intendencia. Jamás tomaron medidas de mitigación ni se preocuparon. Esto generó una situación altamente explosiva. Piensa que el agua estaba cortada hace tres años. Fue una humillación permanente", contó Alihuen Antileo, uno de los fundadores de la CAM.
Cabe mencionar que fuera del país se reconoce que hubo violación a los acuerdos. De hecho, la ONU reconoce los parlamentos celebrados entre los mapuches con españoles y chilenos. "Son tratados internacionales", aseguró el ex secretario general de Gobierno, Francisco Huenchumilla.
En cuanto a las demandas que exije el mundo mapuche, el alcalde de Tirúa, Adolfo Millabur, explicó que las reclamaciones de su pueblo son por "reconocimiento de la existencia de la nación mapuche, que en la Constitución quede claro que Chile es un país plurinacional, que se reconozca el mapudungún como segunda lengua y se puedan recuperar las tierras que nos fueron arrebatadas. Nosotros no queremos fragmentar el país, pero sí podemos cohabitarlo".