Conoce los secretos del nuevo título de la Roja

Como queremos que la celebraciçiçon se completa, en La Cuarta te contamos todo lo que no se vio de la celebración en Nueva York, desde los invitados sorpresas, los llantos de macho y mucha champaña.

Las lágrimas de "Carepato"

Apenas iban 28 minutos cuando el brasuca Héber Lopes mandó a la jaula a Marcelo Díaz. El mundo se vino abajo para medio Chile, pero en especial para “Carepato” que salió de la cancha caliente y con ganas de boxear al que se le atravesara.

“Fue muy duro. Llegué al camarín y lloré solo mientras me duchaba. Por eso también me emocioné mucho cuando mis compañeros lograron sobreponerse”, contó el motorcito con la franqueza de un combo en el hocico, la misma que tuvo para echaerle la foca a un gil de la organización que a toda costa buscaba apurar su salida al túnel.

Más allá del exitazo, cuando se le enfrió la sangre Díaz pidió que ojalá ahora el país si reme para el mismo lado. “Espero que ahora sí dejemos en claro que tienen que confiar en nosotros. Nadie confió después de la derrota que tuvimos con Argentina y los dieron a ellos como campeones”, echó afuera la pica, pero con resperto. Porque ahora vienen otra vez las clasificatorias y “tenemos que disputar 18 puntos que serán como jugarse la vida”.

El "Flaco" espió los penales

Ya no anda disfrazado de jardinero como en la época de Don Sampa, pero Cristian Leiva continúa con su pituto de espía de la Roja cuando es necesario.

Con Juan Antonio Pizzi, eso sí, lo primero para el “Flaco” fue mantener la pega. Y cuando convenció al nuevo jefe de que cacha de fútbol, y no por un curso de internet como otros, se sumó como parte del staff técnico, que apoya en todo lo que el técnico requiere tanto en la pega en cancha como fuera de ella.

Eso sí, en la previa de la gran final el ex defensor de Coquimbo Unido recordó sus mejores momentos sapotes y, según se dijo, fue uno de los infiltrados que ayudó a escanear la ejecución de los penales de los argentinos. Y los resultados están a la vista, ¿no?

Santis reapareció doradísimo

Después de 15 años en que se lo tragó la tierra, lo último que se supo de César Antonio Santis fue que puso un restaurante en Santa Cruz que se llama “La Famiglia” y con el cual se forra y le llena la guata a los paladares exigentes de la VI Región.

Eso, hasta el domingo. En medio de los más de 82 mil terrícolas que llegaron al Metlife Stadium, el ex latin lover de los estelares ochenteros de la tele chilensis apareció en medio de la nada. Y el lente del diario pop, el extralargo, lo pilló justito subiéndose a un ascensor y con crendencial más encima, el perla.

Fiel a su silencio stampa, no quiso parlar con La Cuarta, pero supimos fue uno de los invitados de Andrés Fazio.

Alexis se fue "shaaaato, pero feliz"

Nadie compró mucho cuando en la previa se dijo que en una de esas Alexis no jugaba. Como el cabro es eléctrico, el equipo siempre parte por él. Pero fueron tantas las patás con que los che lo ablandaron, que llegó un momento en que simplemente no dio pa’ más y su tobilo terminó más hinchado que el do de pecho de nuestra Marlencita.

Tanto fue así que el “7” del Arsenal salió del estadio con la mansa ni que bota ortopédica.

Eso sí, antes de perderse para siempre en el bus donde los seleccionados se fueron gritando “¡dale campeón!”, Alexis lanzó una de esas frases con que quizás más tarde Kramer lo imitará: “Cabros, me voy shaaaato”. Sólo le faltó el “mintindí”.

El hijo de Pizzi cambió a Messi por Vidal

Llamó la atención ver las redes sociales de Nicolás Pizzi, el hijo del DT de Chile. Ama a Messi a tal punto de parecer obsesionado con la Pulga, pero en la final se cuadró con su papá. “Sépanme perdonar, pero con mi viejo voy a la guerra contra quien sea”, puso en una foto que se sacó con “Macanudo” y “Celia” Vidal. Pero su cuore igual no olvidaba a Lio. “Ojalá algún día dimensionen lo que ese enano le dio al fútbol, es lo más grande”, remató.

Keko también fue "inolvidable"

Por un momento se pensó en ir a carretear a Times Square, donde el que no se saca una foto ahí casi no puede decir que estuvo en Nueva York. Pero entre el atraso por la ceremonia final y la pajamama de las entrevistas, al final los seleccionados optaron por hacerla corta y carretear en el segundo piso del hotel.

Así, el Westin de la nada se convirtió en la cumbia. Con más der 500 hinchas afuera chupando, la Roja cerró el segundo nivel del lugar y desde ahí los jugadores chorrearon champaña a la calle. Entre los colados estuvo nada menos que Keko Yunge, que lo último que había dado que hablar fue por su ponceo con la Chechi Bolocco.

El hombre del “eres inolvidable como lo que no se puede olvidar” no quiso dirigirse al país  y  se tapó la cara cuando lo vimos. Pero parecía uno más del staff con la polera oficial de la Roja.

Los "Power Peralta" bailaron con Puch

Aprovechando el vuelo de que justo, pero justo, estaban en Nueva York bailando en el metro de la ciudad como parte del homenaje de los 7 años de que Michael Jackson se fue caminando para atrás al cielo del pop, los hermanos Raúl y Gabriel Peralta también cayeron parados en el festejo de la Selección

¿No le suenan? Son los “Power Peralta”, poh. Los mismos que movieron hasta el coxis en la pasada Teletón y que ensayaron unos pasos robóticos en medio de la celebración de los jugadores. Detrás del telón negro, que cubría el epicentro del webeo, los broders compartieron sobre todo con Edson Puch, que es adicto al mismo punchi-punchi.

El Edu se iría por el "Chico"

No cualquiera se consagra como goleador de dos Copa América al hilo. Razón suficiente para que Eduardo Vargas se fuera con otro trofeo de yapa bajo el brazo, gracias a sus 6 goles que lo coronaron como pichichi.

“Estamos conscientes que somos un grupo histórico, pero lo más importante es que se logró algo inolvidable para el país”, dijo “Turboman” que prefirió guardar sus sentimientos en la maleta que, posiblemente, pronto lo lleve de regreso a España.

Dentro de la Selección se dio casi por cocinado que, para variar, el Edu cambiará de aires e iría al lado de Jorge Sampaoli al Sevilla. Con el “Chico”, el ex delantero del “Bulla” tuvo sus mejores días metiéndola adentro, por lo que ya le dijo a su representante que trate de apurar la mano y se confirme el paso al que sería su octava camiseta.

Vidal ahora quiere el trono del mundo

Los porrazos, sobre todo en Ferrari, le enseñaron a Arturo Vidal a irse tranquilo por las piedras. Bueno, a veces. Es que después de convertirse en parte de una potencia mundial, el “Rey” no pudo ocultar sus ganas de ir por el premio gordo que le va faltando a la generación dorada de nuestro “júrgol”.

“La idea es pelear por ser campeones del mundo, ¿por qué no? Este grupo siempre tiene hambre de algo más. Ya ganamos dos Copas América y, si Dios quiere, podríamos ir a nuestro tercer Mundial, donde sabemos que podemos enfrentar a cualquiera”, dijo Vidal, que ayer fue apapachado por su mami Jacqueline cuando llegó al hotel convertido en estrella.

El “Rey” también gastó sus últimas gotas de saliva para lamentar el retiro de Messi de la selección boluda. De hecho, señaló que “me da pena que lo haga”, pero recordó que en esta pasá la “Pulga” tuvo la mala cueva de toparse con “un grupo que es más fuerte que un solo jugador”.

COMPARTIR NOTA